IV

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El llanto de SeokJin lo despertó como si de un golpe se tratará, enderezando su espalda fijó su vista en el reloj digital que se encontraba a lado de la lámpara en su mesita de noche.

3:45 a.m.

—Debe ser una broma. —caminando descalzo se dirigió a la habitación. —Debía suponer que si te encantaba dormir en el día, ¿la noche sería tormentosa no?

Cuando estuvo cerca de la cuna pudo ver al bebé llorar a pulmón abierto, pataleando y formando puños sus manos.

—Demonios, hasta cuando lloras te vez hermoso. —lo levantó y lo envolvió en sus brazos meciendo levemente, no tardó mucho para percibir un aroma que hizo fruncir su nariz. —Creo que te echaste a perder.

Sonrió cuando el bebé puchereo y tomó en su puño la pijama del pelinegro. Caminó hacía la pequeña mesita donde lo había cambiado anteriormente, abrió la pijama de ositos y desabrochó el pañal encontrándose con lo proveniente del olor, se dijo que el también hizo pasar por estas cosas a su madre y no debía quejarse, algún día el pequeño también cambiaría pañales.

Esperaba que todo saliera bien, haría todo un esfuerzo por darle lo mejor a su hijo, el no tenía la culpa, sólo llevaba un día pero parecía que habían tenido una conexión inmediata.

SeokJin apenas estaba en sus brazos y se calmaba, pensó que era porque la sangre se reconocía y quiso pensar que el pequeño estaba feliz de estar con su papá.

Apreciando su rostro mientras volvía a cerrar su pijama, notó la piel blanca y suave, sus mejillas que se mantenían rosadas estuviera o no llorando, sus labios esponjosos y rojos, que resaltaban más con su cabellera negra.

Se parecía a su madre.

Y aunque ahora la odiaba, reconocía que era hermosa, sin embargo su bebé era mucho más hermoso, y como no, Taehyung sabía que no era feo y el hecho de que tuviera un poco de ambos lo hacia mas perfecto.

—Espero que con el tiempo te parezcas más a mi. —susurró levantando al pequeño y caminando con el hacia la cocina para prepararle un biberón.

Puso el agua en un recipiente y la colocó en el microondas para que se calentara un poco.

—Sabes, estoy seguro de que serás muy guapo, cuando tengas edad para comenzar a gustarle a las chicas, no te dejarán ni un momento. —comenzó a hablar mientras mecia al pequeño. —Te enviarán cartas y chocolates en san valentín, tambien te obsequiaran caramelos en navidad.

Sosteniendo al bebé en una mano sacó el recipiente después de haber sonado la finalización del tiempo colocado. Comenzó a prepararlo mientras seguía hablando.

—Seré viejo y guapo, ¿te imaginas? cuando tengas dieciocho años yo tendré cuarenta y uno, y ya sabes lo dicen, bueno tu eres muy pequeño para saberlo pero...dicen que los cuarenta son los nuevos treinta, no me sentiré como un viejo. — sonrió mientras sostenía el biberón para que su pequeño lo bebiera cómodamente.

Sus bebé elevó sus bonitos ojos miel hacia él, y Taehyung sintió cálido su corazón.

—Sabes...si te llegan a gustar los chicos yo...no te negaré, hagas lo que hagas siempre te amaré porque eres un pedacito de mi, ojalá sólo fueras mío pero... así no es como funciona. La abuela si será un problema, ella aún no me acepta y cuando le diga de tu existencia se volverá loca y me lanzará cosas, pero si no quiere verte no me importaría, seremos tu y yo contra el mundo, aunque llevamos menos de un día de conocernos.

El bebé pareció satisfecho porque sonrió levemente mientras seguía bebiendo.

Cuando el bebé por fin se durmió, Taehyung no tuvo corazón para volver a dejarlo en la habitación que aún estaba medio vacía, lo llevó a su cama y lo acomodó en sus brazos, su pequeño tomó uno de sus dedos en su mano y siguió durmiendo con calma, sin saber que con esa acción tan pura logró que el corazón de Taehyung doliera y unas pequeñas lágrimas se deslizaran por sus mejillas.

Colibrí |Vminv|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora