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ADVERTENCIA: ESTE ES CONTENIDO CON TEMÁTICA SHOTA. Si no te gusta este genero, te recomiendo pases de esta actualización, si bien no llegará nada FUERTE prefiero que abandonen la lectura si te incomoda. 




Recuerdo perfectamente que fue a finales de marzo cuando por fin había dado las llaves de lo que sería mi nuevo departamento porque estaba en remodelación; y porque me molesta de lo más alegre el ya no tener que vivir arraigado a las reglas de mi casa de crianza, (Llegar a la una de la mañana máximo los fines de semana, fuera de zapatos en la alfombra, nada de música los sábados, tres comidas diarias por exigencia, ninguna con alcohol ... y todas esas cosas.) No, no odio a mi mamá, solo sus reglas demasiado estrictas.

Total, llegué a eso de medio día con algunas cajas que contenían mis pertenencias, para ese entonces era un punto nuevo de enfoque, era el vecino nuevo del edificio, o sea, joven, agraciado, en buena forma .... Por más narcisista que suene ... ¿Quién no me voltearía a ver?

Como buen niño que soy saludé con respeto y una sonrisa brillante en mi rostro, coloqué el par de cajas que en mis brazos frente a la puerta de mi nuevo hogar para la llave abrir el cerrojo y entrar.

No estaba nada mal. Una sala amplia, comedor y cocina separada, un baño completo, dos cuartos y una oficina que muy pronto serían la sala de juegos. Después de acomodar lo poco que mis cajas contenían fui a darme la primera ducha en mi tina; no estaba tan cansado pero él de decir que ese baño era de lo más placentero. Todo iba perfecto, el agua tibia, las ventas de baño, el olor a nuevo y limpio terminaron por arrullarme, una siesta no me caería mal, pero justo cuando mis párpados amenazaron con cerrarse ... El timbre de la puerta sonaba insistente.

Maldita sea . Todo iba perfecto, quizás los vecinos le restaría puntos buenos al departamento. Pero quién sabe, podría ser alguna vecina sexy pidiendo una taza de azúcar ..., mientras que las posibilidades se volvían más interesantes salí de la tina con cuidado de no resbalar y me puse la bata que colgaba del toallero, sin perder más tiempo me dirigí directo a la puerta y la abrí.

Lo que me faltaba, una estúpida broma; no había nadie.

La serré malhumorado y caminé atontado de vuelta al baño.

Y otra vez la puerta.

Bien, ya no era una vecina sexy, de eso estaba seguro. Preparé mis argumentos. Pero cuando por segunda vez abrí la puerta ...

Por algo el destino quiso que me fuera de casa de mis papás.

— ¿Podría regalarme una taza de azúcar?

A lo mucho... quince años, si acaso un metro cincuenta y cinco, cabello castaño claro, blanco como la leche, pecas en las mejillas; labios rositas y regordetes, perfectamente delgados y ese traje de marinerito ...

¿De casualidad no quieres todo el azucarero?

— Eh ... -Fue más por mis propios pensamientos.

¿Qué es hablar?

—¡Taemin! - Escuchó una voz por el pasillo, así que ese era su nombre. De dos puertas antes a la mía salió una joven parecida al chico solo que con el cabello largo hasta la cintura y negro como la noche, tuvo una mirada llena de furia y sus pasos eran pesados ​​en señal de disgusto.

— ¡Ven aquí Taemin! - Ella lo toma por el antebrazo y lo jala sin ningún cuidado. Nota mi presencia y parpadea incrédula, -Oh. Disculpa las molestias, solo es un niño travieso.- Su mirada me examina sin ninguna pizca de vergüenza y yo sonríe una vez que llega a mi rostro.

—Descuida, no estaba molestándome.- Y era verdad.

— Él ha tomado su medicamento, entonces está drogado o algo.- Frunce el ceño. –Es un descontrol.-

 — ¡No es la verdad! - ¡Tu me tienes hambreado todo el día! ¡Yo solo quería azúcar para el té!

—Taemin, no es momento de discusión eso.- La chica en un amago de querer lleva al niño, jaló la manga de su camiseta, pero este se quitó rápidamente y de un brinco se cubrió tras mi cuerpo.

Yo lo estaba alucinando. De partida, no entendía ni una pizca de lo que estaba pasando, mis ojos simplemente no querían apartarse del pequeño y fue mucho más difícil cuando, pasaron sus brazos por mi estómago y se aferró a mí.

—¡Vecino, no dejes que me lleve! .- Me miró con lástima, pero tan pronto vi una pequeña sonrisa en sus labios, supe que más que preocupado, estaba divirtiendo por la situación. Le sonreí de vuelta, mientras que lo que parece ser su hermana mayor, se pintaba colorada de rabia.

Taemin simplemente le sacó la lengua mientras se soltaba de mí y corrió sin que la mujer lo pudiera atrapar. Lo seguí con la mirada hasta que se encerró en su departamento.

— ¿Él se encuentra bien? - Pregunté curioseando.

 —Si, no es nada.- La mujer sospechó con cansancio.— Disculpa el teatrito ... Soy Taeyeon.-

Ella extendió la mano y yo la tomé por cortesía

— Choi Minho.

—Vivimos a dos puertas de aquí.- Aprendí con el dedo por donde el pequeño había desaparecido. - Por si se te ofrece algo, solo toca el timbre y probablemente Taemin te atienda.-

—Gracias por la cordialidad.

—No hay de qué, disculpa nuevamente por eso. Taemin a veces es muy inquieto.

Si lo era, parecía el típico niño mimado y berrinchudo ... me llamaba la atención. Miré una última vez el pasillo mientras despedía a Taeyeon con una sonrisa. Sí, las visitas espontáneas implican a ese pequeño chico del apartamento 512 , la verdad es que estaba totalmente interesado. 

Continuará....

Chequea esa referencia. ¿Ya vieron que hay nueva portada? La refresqué pero mantuve la esencia de la primera con Tae amordazado jaja c:  

[PARA SU DELEITE Y DISPOSICIÓN] 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora