ಌ ᴍɪ ᴘᴇǫᴜᴇñᴏ sᴇᴄʀᴇᴛᴏ ಌ

🌸04🌸

Narra Tenochtitlan.

Estaba corriendo tanto como mis piernas podían, ver a tanta gente morir por aquellos hombres...
Me dolía...

Gritos y llanto era lo que mis oídos podían escuchar. Ahora yo también quería llorar pero no había tiempo. De alguna u otra forma tenía que salir de ahí lo más rápido posible.

Sabía que nanstin estaba en peligro, quería ayudarla pero ya estaba lo suficientemente lejos como para poder ayudarla.
Tenía un mal presentimiento, era raro pero yo podía sentir como se iban muriendo las personas. Sabía cuántas personas estuvieron muriendo aproximadamente.

-... Nanstin...- mí voz se quebró, el solo pensar que a mí nanstin le haya pasado algo...

Narradora omnipresente.

Ya llevaban años de guerra y codicia.
Y la diferencia era clara, España estaba a punto de lograr su cometido.
Y era hora de terminar lo que había comenzado.

Imperio Azteca sabía que en cualquier momento llegaría su hora.
Ahora deseaba con todo su ser aver estado más tiempo con su hija.

Y una espada la atravesó...

Cayó de rodillas mientras moría desangrada.

Poco antes de morir recordó lo que había vivido...

Cómo nació su pequeña.
Cómo dio su caminar.
Su primera palabra.

Mis hermanos.

Cuando llegaron ellos que lo arruinaron todo.

Y ahora mí muerte...

Solo quería ver a Tenochtitlan por última vez.

Narradora omnipresente.

Soltó su último suspiro seguido de una lágrima.

Narra Tenochtitlan.

Dormía como podía...

Me desperté por un fuerte dolor de pecho, pronto empecé a lagrimear casi enseguida.

Ya sabía porque el dolor...
Y llore más fuerte...

De tanto llorar me quedé dormida.

...

Desperté debido a que escuché unas voces demasiado cerca.
Cómo no entendía lo que decían supuse que eran aquellos hombres causantes de mí sufrimiento, de todos.

Rápidamente me levanté de dónde me encontraba para esconderme detrás del árbol más cercano. Al parecer buscaban algo...
Me empecé a espantar, acto seguido comencé a jadear.

En ese momento no sabía que hacer, si corría probablemente me verían y me agarrarían fácilmente. Mí segunda opción sería quedarme callada hasta que se fueran pero el riesgo de que me vieran era alto.

Me di cuenta de que aquellos hombres se detuvieron, no se movieron... Quietos como si de árboles se tratasen.

Ahí me di cuenta de que tenía una oportunidad de escapar. Así que opte por la primera opción.

Fue ahí cuando entablaron conversación y salí corriendo.

Corrí como si mí vida dependiera de ello...

No tardaron en darse cuenta aquellos hombres de piel blanca y salieron detrás de mí.

No aguantaría mucho debido a el hambre, llevaba días, incluso semanas de no haber comido y mis piernas no darían más.

Le recé a todos los Dioses que podía.

Y parece que me escucharon.

Poco a poco los iba perdiendo de vista.

Tuve que fijarme que se estaban deteniendo...

Justo cuando me iba a detener no fijé mí vista al frente y choque con algo.

O tal vez con alguien...