||Respiración de fuego || [TankiroxTu] || Kimetsu no yaiba

Ｃａｐíｔｕｌｏ １０

Unas horas más tarde paramos a comer, pero nuestra suerte no era muy buena y ya estaba anocheciendo. No teníamos sitio donde quedarnos, así que nos acercamos a una explanada para tener mejor visión. Además hacía un poco de frío, por lo que prendimos una hoguera para no resfriarnos. Uno debía vigilar por turnos mientras los demás dormían (podía atacarnos un demonio en cualquier momento). 

Mientras miraba la hoguera perdida en mis pensamientos, Nezuko e Inosuke ya se habían dormido. Zenitsu trató de acercarse a mi pero se cansó de que huyera de él y decidió irse a dormir.

-Yo haré la primera guardia, así que puedes descansar _____.-dijo Tanjiro mirando fijamente el fuego con una leve sonrisa. Se le veía muy tierno así.

Asentí y me tumbé dándole la espalda, ya que si dormía hacia el seguramente mi nariz explotaría.
A pesar de haber estado viviendo en el mismo sitio nunca habíamos hablado, y ahora siempre que lo hacemos es por mi torpeza.
Le estaba dando tantas vueltas al tema que no conseguía dormir. ¿Tal vez me gustaba? Me giré para mirarlo disimuladamente, pero este se percató y me sonrió, haciendo que mi corazón se acelerara.

-¿No puedes dormir?

Me senté y afirmé con la cabeza. Este dirigió su mirada otra vez al fuego. Decidí acercarme a él para observarlo juntos y después de un rato, habló.

-_______, ¿Observas mucho a la gente, verdad?

Me quedé unos segundos callada por la pregunta. ¿Tanto lo miraba?

-¿Q-que? ¿Por qué dices eso?

-Oh... es que en la aldea cuando estaba en la plaza solía notar tus ojos en mi, por lo que siempre me preguntaba por qué me mirabas tanto.-contestó con un tono inocente y dulce, mientras alzaba su dedo recordando.

-Bueno... me parecías muy lindo...

-Q-que...?

Al darme cuenta de lo que había dicho, me sonrojé y giré mi cabeza para observarle. Sus mofletes también estaban rojos, y su expresión era dudosa.

-¡B-buenas noches!- me fui dejándole sin dejar que acabara la frase, acostándome en el mismo sitio que antes aunque un poco más alejada por la vergüenza.

No se escuchaba nada, solo los ronquidos de los otros. Estaba nerviosa pero a la vez feliz porque había conseguido hacerle sonrojar después de que él tanto tiempo me hiciera sufrir. Tal vez podría intentar ser más directa... pero solo de pensarlo me podría dar un ataque.