Capítulo 3

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Estaba tan cansada que apenas podía mantenerme en pie. Lavé mi cara con agua y me vestí rápido ya que tendría que haber abierto la tienda hace 1 hora. Me acerqué a Akane y zarandee su brazo.

- _____... quiero dormir un poco más...

-Pensaba que querías ayudarme... esta era tu oportunidad para demostrarme lo buena que eres.-dije con malicia.

De repente, Akane dio un brinco enorme y comenzó a vestirse. Estar con ella me llenaba de energía para seguir esforzándome. Hiro se despertó por el ruido e intentó convencerme de ayudarnos, pero me negué rotundamente ya que aún era muy pequeño.

Salí para preparar las cosas cuando Akane apareció con un carro pequeño que tenía un toldo.

-Onee-sama, ¡Déjame ir a vender con esto, así aumentaremos las ventas! - exclamó poniendo morritos.

-Ni de broma Akane, no pienso dejarte ir sola. -dije con tono cabreado, cruzando los brazos.

-Pero el pueblo es pequeño, es imposible perderme... además que ya tengo 10.

Pasaron las horas y seguía atendiendo a gente. Por cada minuto que pasaba Akane se volvía más pesada, así que la dejé irse si volvía antes de las 7. El día se hizo largo, no podía esperar a ir a la cama a descansar. Tanjiro no había aparecido, lo cual me ponía un poco triste.

Cuando estaba atendiendo al último cliente, mi madre me dio un susto por la espalda.

-______, ¿dónde están tus hermanos?- dijo muy alterada, con la mano en su pecho.

-Tranquila mamá...-le sonreí- Hiro está en casa y Akane ha ido con el carro a vender medicinas.

-Pero Hiro me dijo que estaría contigo, además, ¡Ya son las 7:30!

Mi madre me miraba a los ojos, llenos de miedo. Esperaba una explicación, pero no la tenía. Salí corriendo a buscar a mi hermana. Ya era de noche y las calles estaban vacías. Gritaba su nombre pero no servía de nada porque, nadie respondía. ¿Cómo no me había dado cuenta de que ya era tan tarde? ¿Ha sido por el cansancio?

-Es mi culpa, es mi culpa, no sirvo para nada, no sirvo ni para cuidar a mi hermana...-me repetía constantemente.

Sentía que iba a perder la cabeza. Corría hacia todos lados pero estaba desierto. Decidí mirar en las afueras, donde estaba el bosque. Sabía que era peligroso, pero no podía permitir que les pasara nada. Cerca de él encontré una rueda rota con un rastro de sangre. Temblando y con falta de aire por la ansiedad, seguí el camino rojo que conducía a la visión más horrible que jamás había visto.

||Respiración de fuego || [TankiroxTu] || Kimetsu no yaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora