||Respiración de fuego || [TankiroxTu] || Kimetsu no yaiba

Ｃａｐíｔｕｌｏ １２

Al acercarme me puse al lado de Tanjiro, el cual se apartó para que pudiera saludar al anciano.

Me incliné con una sonrisa.

-¿Así que sois cazadores de demonios, no?- preguntó el anciano, susurrando. Iba encorvado por lo que parecía más bajo que nosotros.

-Sí .-contestó con decisión Tanjiro.- Nuestra intención era ir al Monte Natagumo, pero nos hemos perdido y hemos acabado aquí.-acabó la frase algo avergonzado, poniendo su mano en la nuca.

-¿El Monte Natagumo?-sorprendido agarró las manos de Tanjiro.-Un amigo mío fue allí por el tema de los demonios y aún no ha vuelto... si vais a ir, por favor, encontradlo... su nombre es Keiichi.-dijo con voz triste y desesperada.

-Tanjiro quedó en silencio, para luego afirmar con una sonrisa.-¡Claro!

Entendí el silencio de Tanjiro. No podíamos saber si seguía vivo en un sitio lleno de demonios, pero tampoco quería romper su esperanza. El señor dijo que podíamos quedarnos unos días en su casa para poder descansar, así podía agradecernos la misión que nos había dado.

Yendo a su casa podíamos ver un atardecer. El pueblo era realmente bonito, además la gente era muy amable. Mientras caminaba tranquilamente mirando el cielo detrás de los demás, Tanjiro paró para ir a mi lado.

-_______, ¡Mira! Es muy bonita.-Tanjiro me dio una pequeña flor con sumo cuidado, que cayó en mis manos.

Al mirarlo este sonreía tranquilo y continuó hablando.

-Estos días estabas algo apagada... pero quiero que sepas que no estás sola ni te va a pasar nada.-hizo una pausa.-Nosotros estamos aquí para protegerte. ¡Te prometo que cumpliremos nuestro objetivo! 

Sonreí al escuchar sus palabras y coloqué la flor en mi oreja.

-Gracias Tanjiro...-dije acercándome a él.

Tanjiro era un chico tan dulce y amable que cuando estaba con él parecía un sueño. Mi corazón revoloteaba al verle, y no podía evitar sonreír. Me preguntaba si le podría llegar a gustar en algún momento, y si lo llegaría a notar...

En ese momento Inosuke se giró y enfadado agarró nuestros brazos para andar más rápido.