||Respiración de fuego || [TankiroxTu] || Kimetsu no yaiba

Ｃａｐíｔｕｌｏ １５

Pasaron unas horas desde que marcharon y no podía evitar estar nerviosa. Me quedé con el anciano en casa el cual estaba muy asustado. De repente, empezó a cerrar todas las puertas con llave.

-¿Está bien?... ¿Necesita algo?-Dije, teniéndole la mano para que se relajara. Este la agarró con fuerza.

-Hija... sé que está cerca... lo presiento.

-¿Q-qué...? Serán imaginaciones, no se preocupe...-contesté con una risa nerviosa. Mi cara cambió cuando escuché un estruendo fuera. Los dos nos quedamos mirando de donde provenía el ruido, que cada vez se acercaba más.

-Corre... ve a esconderte.-dijo soltando mi mano y metiéndome prisa.

-¿Pero usted...?

-¡CORRE!-pero ya era muy tarde. A pesar de que intentamos cerrar todo, la pared no aguantó la fuerza de la criatura. Esta era gigante, incluso más que la casa. Caí al suelo por el impacto y al alzar la vista, pude verlo. Su piel era oscura y tenía dedos de más con unas largas uñas que parecían cuchillas. Su cuerpo parecía gelatina y su cara era totalmente deforme. El demonio agarró al anciano y lo observó desde cerca, apretando cada vez más con sus uñas. Este estaba inconsciente por el impacto anterior.

-¡DÉJALE EN PAZ!-grité. Pero no hablaba, solo emitía sonidos aleatorios. Me miraba con desprecio mientras clavaba sus uñas en el estomago del anciano, por lo que empezó a sangrar. Parecía que disfrutaba con mi angustia al ver como lo mataba.
Pero este pegó un grito y su brazo cayó al suelo con un corte perfecto. Allí aparecieron Tanjiro Inosuke y Zenitsu.

El anciano cayó junto al brazo. Intenté tomarle el pulso pero estaba tan asustada y alterada al ver las heridas profundas que no podía. Mientras que ellos peleaban contra el demonio, yo coloqué mi cabeza en su pecho para ver si podía escuchar su corazón latir.

-N-no late...-dije entre lágrimas. ¿Había muerto delante de mi...? No había podido hacer nada para salvarle...

Los tres luchaban contra el demonio. Más bien Tanjiro y Inosuke, porque Zenitsu corría hacia todos los lados intentando esquivar sus golpes. Esto sirvió como distracción al demonio para que los otros pudieran darle el golpe final. Su cabeza cayó rodando por el suelo y comenzó a desvanecerse poco a poco. Los ojos del demonio nos miraba a mi y al anciano hasta que desapareció.

Los tres se acercaron rápidamente a nosotros. Yo debía verme lamentable, pero no me importaba.

-Y-yo... no he podido salvarlo... no he hecho nada...-dije entre lágrimas sin poder a penas respirar. Había vuelto a pasar. Gente cercana a mi moría y no hacía absolutamente nada. Tanjiro se sentó en el suelo y me abrazó con fuerza. No podía ver su cara ya que estaba cubierta por su pecho. Agarraba con fuerza su uniforme mientras él se limitaba a acariciar mi cabeza.