Capítulo 8

820 87 0
                                    

Todo estaba oscuro. Lo único que podía ver era un rastro de sangre. Mis piernas temblaban, pero la curiosidad me podía. Cada vez había más y más sangre, más y más...

Pero estaba durmiendo.

Abrí mis ojos y me levanté sobresaltada.

-¿S-solo fue una pesadilla?...- susurré.

A pesar de la oscuridad, podía distinguir las formas gracias a la luz de la luna. Me encontraba acostada en un futón junto a mis compañeros, que estaban más alejados de mi.

Gracias a dios conseguimos encontrar una casa a las afueras del bosque, donde vivía una pequeña familia. Nos dejaron entrar, ya que era muy peligroso dejarnos siendo tan jóvenes.

Dirigí mi mirada a Tanjiro, que dormía tranquilo. Podía escuchar su respiración a pesar de los ronquidos de los otros dos. Sonreí por la situación. Estaba solo a unos metros del chico que observaba siempre, que quería conocer pero mi timidez no me dejaba. Hipnotizada por su belleza comencé a acercarme a él, pero un ruido hizo que me asustara, haciendo que me escondiera bajo la sabana.

El ruido no cesaba, y provenía de la caja que llevaba a cuestas Tanjiro, que estaba en una esquina de la habitación. Me asomé poco a poco, para ver de qué se trataba. Ahí pude ver con dificultad a una chica con pelo negro, muy largo. Sus facciones eran muy dulces. Llevaba un trozo de bambú en la boca, lo cual me sorprendió.

-E-eres muy bonita.-dije algo sonrojada, sin poder quitar la vista de ella.- Debes de ser Nezuko, ¿Verdad...?

Ella me miró e hizo un sonido de afirmación. A pesar de ser un demonio, se la veía muy pacífica. Nos quedamos mirándonos y por cada segundo que pasaba me sentía más incómoda. Un rato después, se fue otra vez a dormir. Supuse que salió al escucharme y estaría preocupada por si venía alguien peligroso. Volví a acostarme, tratando de no darle muchas vueltas a lo que hubiera hecho si Nezuko no hubiera aparecido.



A la mañana siguiente, desperté por los gritos de Inosuke y Zenitsu. El primero perseguía al segundo de una manera que daba miedo. Mientras lavaba mi cara apareció Tanjiro por la puerta corredera. Justo cuando se sentó vino un ave negra. Este no dejaba de repetir que teníamos que ir a la montaña, ya que había demonios. "¿Había hablando....?" me pregunté mientras recogíamos nuestras cosas.

-¿Habéis dormido bien?.- nos preguntó la dueña.

-Sí, muchas gracias por dejar que nos quedáramos. Sin ustedes no sabría que hubiéramos hecho.- contesté, inclinándome.

-No es nada.-dijo con una sonrisa.- Debéis tener más cuidado.

Después de despedirnos y agradecerles todo (unos más corteses que otros), nos dirigimos a la montaña, viaje el cual nos tomaría varios días. 

||Respiración de fuego || [TankiroxTu] || Kimetsu no yaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora