||Respiración de fuego || [TankiroxTu] || Kimetsu no yaiba

Ｃａｐíｔｕｌｏ ５

La primera noche llegó. "¿Acaso me había vuelto loca...?"

Había caminado tanto que no podía a penas mantenerme en pie. A pesar de ir iluminada, todo era negro. Tenía que andar con cuidado si no quería tropezarme. Mi idea era encontrar algún refugio pero por más que seguía y corría, no encontré nada. Agradecí que no era invierno, si no ya estaría muerta.

-¿Cómo se me ha ocurrido hacer algo así? seguro que la nota que dejé a mi madre solo hizo que se preocupara más- dije mientras caminaba cansada.

Cuando estaba a punto de caer rendida, un ruido me despertó. Pisé algo duro y rigido, lo cual animó mi curiosidad. Miré al suelo pero al no ver nada por la oscuridad, tuve que agacharme e iluminar con el candelabro. Conseguí ver el mango de una katana.

-¿Se le habrá caido a alguien...?.- dije mientras la agarraba con cuidado.

Pensé que no me vendría nada mal un arma por si intentaban atacarme. Volví a acercar el candelabro a la katana y esta vez, observé el filo. Esta estaba cubierta de sangre, lo que hizo que me espantara y la soltara.

-T-tengo que salir de aquí...

De repente, oí una voz grave cerca mía.

-Tú no vas a ninguna parte...

Mi corazón se paró por un segundo. Traté de encontrar la voz pero no había nadie. Su respiración se acercaba. Si no me movía de ahí, acabaría muerta. Cogí la katana de nuevo y comencé a correr lo más rápido que pude. Corrí y corrí, pero la voz no cesaba. Mis pulmones no aguantaban mucho más y tenía que esquivar los obstáculos que se me cruzaban. Pero no importaba lo mucho que me esforzase por escapar, aquella voz era más rápida que yo y sus pisadas me alcanzaban. LLegué a mi límite y caí en una zona que estaba más despejada. Gracias a esto había un mínimo de luz gracias a la luna. No podía levantarme, estaba muy cansada y mis manos heridas por el impacto.

-¿Es mi final...?-dije, aguantando mis lágrimas.

Aquella voz llegó a la zona despejada. Me quedé inmóvil al ver de lo que realmente se trataba. Una especie de monstruo, cubierto de sangre caminaba lentamente hacia mi. Yo solo lo miraba espantada mientras se acercaba riendose. Cerré los ojos mientras esperaba mi muerte cuando de repente, oí una voz que me sonaba familiar.

-¡Respiración de agua, tercera postura: danza de las corrientes!