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Si yo supiera, en el momento en el que tú vas a pasar.
Si conociera, el momento exacto en el que aterriza.

El nuevo single de Cepeda, inundaba el piso de Maialen y Samantha. Las dos chicas frente a aquel día de verano habían decidido quedarse cantando nuevas canciones.

Después de esa canción, la rubia rápidamente se echa en el sofá mientras su respiración se va calmando lentamente. Por eso, decide mirar al techo mientras piensa en cómo las cosas cambian.

Ya habían pasado unos cuantos meses desde mi llegada, me sentía perfectamente adaptada, tanto con mi nuevo círculo, como con el lugar.

Lo mejor ¿que había sido? Las personas.

Maialen, es única, especial, una luz imposible de apagar, a veces, un poco insegura, cuando no debería serlo, porque no sabe como la gente la ve, como la gente puede sentirla por todo lo que transmite y expresa; todo el mundo la ve con admiración, con una envidia sana, de lo buena persona que es, de su personalidad diferente e indiscutiblemente adorada por todos.

Vuelve a girarse sobre si misma, y se levanta mientras la canción se repite, y es que se había convertido en una de sus favoritas. Y va recorriendo su casa paso a paso, con cautela. Le viene la imagen de Ana.

Con Anaju todo seguía igual, o incluso mejor, podría decirse que Salvador estaba siendo un poco olvidado. Que al menos, ese chico no inundaba el total de sus pensamientos, ya que había decidido primero encontrarse a ella misma, no necesitaba a nadie más, necesitaba quererse como es, alguien que todos necesitábamos en nuestras vidas pero que solo algunos podemos tener el placer.

Poco a poco se da cuenta como sus ojos se tornan cerrados, sintiendo la melodía arrolladora que la hace abrirse de par en par a una nueva expresión de sentimientos no hecha todavía.

Se acerca hacia su cuarto, y ve pegadas unas cuántas fotos que hace tan solo una semana colocó.

Y se encuentra esa foto.

Hace unas semanas, una tarde en la que solo se encontraban Flavio y Samantha en la ciudad, él la llamó para probar junto a ella una nueva heladería que había sido abierta hace poco tiempo.

Ella estaba ilusionada, por alguna extraña razón, pasar tiempo con él la tranquilizaba y al mismo tiempo, se sentía completamente libre de poder decir cualquier cosa.

Esa tarde, se dio cuenta de lo especial que era el chico, y de que, todos somos así por algo. Y ella tenía la certeza de que en breve tiempo, le contaría sobre su pasado. Más bien, sobre quién participaba en él.

Se hicieron una foto después de coger ese helado artesanal de la ciudad, en la que sus caras estaban unidas, él achinaba sus ojos aún más apretando sus labios. Mientras la chica sacaba la lengua y tornaba sus ojos hacia él.

Sonríe recordando el momento.

Flavio.

Sin duda alguna, un descubrimiento.

Alguien diferente.

Tímido al principio.

Con un poco de miedo a contar algo real.
Algo por lo que ya, entrarás en su vida.

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