(Este capitulo es en 3 persona)
Las gotas de lluvia caían lentamente sobre su rostro, recorriéndolo con precaución y terminando en su marcado mentón haciendo que terminasen en el suelo.
El pequeño chico, saltaba de charco en charco con sus botas, eran un tanto viejas, podría decirse que estaban ya muy desgastadas por su uso, pero al pequeño de ojos marrones, no le importaba, pues sabía que sus padres habían trabajado mucho para poder regalarle esas botas, aunque ya tuviesen un par de años, no necesitaba unas nuevas botas que destacasen entre las demás.
Esperaba con ansias la llegada de su padre, que le recogería si era puntual, en unos pocos minutos, quizá cinco o diez si había mucho tráfico.
Flavio siempre hacía la misma rutina después del colegio, sobre las cinco y media, salía al patio deseando poder por fin merendar ese bocadillo de nocilla que sus padres le hacían para ese momento, sabían que era su favorito.
A veces, si el pequeño se portaba bien, tanto a él como a su hermana, les colocaban un trozo de chocolate con leche, su favorito. Ni muy amargo, ni muy Dulce, la perfecta cantidad.
Se colocaba en una de las columnas de ese gran patio, esperando a que su padre le recogiese, no solía tardar mucho.
Era un niño muy alegre y extrovertido, siempre jugaba con todos sus compañeros esperando que ninguno se sintiese mal.
Ese día, llovía por lo que todos se encontraban chapoteando con las botas de diferentes colores, formando una gran gama de ellos.
Flavio había visto de todo tipo de colores, negras, verdes, amarillas, azules e incluso unas transparentes que llevaba su mejor amigo Pablo, con las que se le veían esos calcetines de topos rosas con un fondo blanco.
Flavio al terminar su almuerzo, siempre iba con sus demás compañeros, pero hoy era distinto. Notaba muchas miradas en él, y no sabía muy bien el motivo.
Un nuevo niño había llegado a su colegio, no había sido muy amable con él, y a diferencia de Flavio, ese chico si destacaba entre todos,pues tenía unas botas que destacaban de todas las demás, y todos sus compañeros se acercaban a él fascinados por ellas. Aunque Flavio, solo pensaba que eran una prenda más, que no por ello eras mejor.
Mientras saltaba ya en el último charco, ve como ese nuevo niño, llamado Jorge, se acerca con una cara que de alguna manera hace que el pequeño tenga miedo.
No sabe como reaccionar, y por su carácter risueño, decide no darle importancia y seguir saltando, hasta que nota una mano sobre él.
-¿y esas botas? ¿No deberías cambiarlas ya?- ríe con maldad ese niño rubio y ojos verdes- no creéis chicos que Flavio debería cambiar estas botas tan viejas- señala hacia abajo de él, provocando que quiera correr, pero no lo hace.
De repente, nota como está rodeado, todos sus compañeros ahora están en círculo para mirarle, mientras señalan sus botas marrones, las cuales el creía que tampoco era importante cuanto tiempo llevasen en su vida.
Pero sin embargo a sus compañeros no les daba igual.
Jorge fue muy malo con él, miles de palabras salían de su boca con un único intento, hacer sentir a Flavio una persona mala. Por no tener unas botas nuevas y que destacasen.
Notaba como sus ojos se aguaban, y que, como de una explosión se tratase, en cualquier momento miles de lágrimas saldrían disparadas, Flavio solo miraba a cada uno de ellos, con tristeza, decepción.
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Así Fue
FanfictionSamantha, decide mudarse a madrid donde su vida comenzará de nuevo. ¿Quieres unirte a ella en esta historia? "Pienso que esto es como un juego, la vida lo es, vas pasando niveles, poco a poco los vas consiguiendo, hasta que llega un momento, en el q...