Kion x Fuli: Un amor indestructible ( humanos )

Capitulo 5 : La cita...

Kion.

Toque la puerta y allí estaba mi hermosa y perfecta Fuli.

Ho...hola.....fu..Fuli. le dije un poco nervioso.

Hola Kion, me saludó.

Amm...te...ves...muy....... hermosa. Le dije con un poco de rubor en mis mejillas pero mira hacia abajo, tratando de esconder el rubor.

Am, gracias...ki... Kion...tú... también....te ves muy....guapo. me respondió.

Gra... gracias Fuli, le dije aún con el rubor en mis mejillas.

Nos vamos, me dijo un poco ruborizada.

Amm ...si....si cla.. claro.. vámonos le dije.

Tome su mano y le abrí la puerta del coche como todo un buen caballero que soy.

Gracias Kion,me dijo.

De nada Fuli, le respondí.

Fuli.

Nos subimos al carro y nos fuimos directo al lugar de la cita.

Nadie dijo nada hasta que Kion rompió el silencio y me alegro que lo allá hecho:

Emm....y..¿Como has estado Fuli? Me preguntó.

Muy bien, gracias por preguntar. Le respondí.

Llegamos al lugar, Kion estacionó el auto en un buen lugar, después cuando estábamos a tan solo unos metros del lugar de la cita, me dijo:

Te voy a poner esta venda en los ojos, me dijo.

Y ¿Para que? Le dije un poco confundida por lo que iba a hacer.

Es una sorpresa por eso te tengo que tapar los ojos, me dijo.

Okey, le respondí.

Bien ahora solo sígueme, me dijo.

Am Kion, ¿ Y como te voy a seguir si no puedo ver nada?. Le pregunté.

Cierto lo había olvidado, tomo mi mano y me dijo:

Vamos.

Esta bien, te sigo. Le dije.

Caminamos unos minutos y cuando llegamos al lugar, Kion quitó la venda de mis ojos y me dijo:

¡¡¡Sorpresa!!! Grito.

Cuando abrí mis ojos solo me tape mi boca con mis manos, ya que no podía creer lo que estaba viendo:

Había una mesa con un mantel blanco, unas sillas de madera hermosas, la comida ya preparada servida y muchos pétalos de rosas en el suelo.

Kion esto es divino, le dije.

Si, pero no tanto como tu, me dijo.

Eso último iso que me sonrojara un poco, así que solo le respondí:

Ay, Kion..mu..muchas... gracias, le dije un poco apenada.

Tú también te ves bien, le dije.

Un poco sonrojado me dijo:

Pero mi belleza no se conpara con la tuya, me dijo.