Feelings. - Felix Month 2020

Fiesta de Paw-jama

—Hola mi hermosa princesa. —dijo Chat Noir asomando su cabeza por la trampilla de Marinette.

—Hola mi lindo gatito.

Ella le dio un beso de bienvenida en los labios.

—¿Estás lista para la noche de hoy?

—Siempre estoy lista, Fel. Pero primero destransfórmate para verte. Me encanta ver tus ojitos.

—Oh si, ¡Plagg, garras fuera! —dijo y cayó directamente a la cama, donde él ya estaba puesto su pijama. Su kwami voló al otro lado de la habitación para no tener que interrumpirlos en sus "citas sonoras", como le decía a su portador.

—Mucho mejor. —dijo Marinette acercándose a él, dándole un beso en sus labios.

—¿No te gustaría que hicieramos algo mas interesante? —Félix la miró con una sonrisa malvada que parecía que tramaba algo, acercándose peligrosamente a su bella dama.

—Fel...

—Si, pero pensaba que ibamos a hacer algo delicioso... —dijo mientras la echó a la cama y comenzó a besarle el cuello. —...ahora.

—Aguántate, harás que quiera atarte.

—Guau, eres de armas tomar, por eso me encantas. —le dio una lamida en los labios.—Bueno, será como quieras, princesa.

—Como te gusta ser un travieso así. Primero, me alegra que seas un lindo minino y estés con pijama.

—Si... y tu no lo estás. —la vio con su ropa del diario.

—Oh, es cierto. Creo que debería ir a por la mía.

—T-te acompaño. —dijo él tartamudeando un poco.

—No, tu te quedas aquí, iré abajo para buscar la mía, tu por mientras quédate cómodo.

—Oh, eso no se vale.

—Claro que si se vale, solo espérame que no tardo. —le dedicó un beso en sus labios, luego separándose y bajando por las escaleras hacia la planta baja de su habitación, yendo a su armario para buscar su pijama.

"Ufffff... Si mi gatito vino medio caliente, creo que llegó la hora de provocar un incendio."

Mientras tanto en la cama de Marinette, Félix estaba tratando de distraerse con su celular esperándola, comenzó a ver su galería y sonrió al encontrar una foto de ellos dos besándose desnudos en su habitación.

Ella era la chica con quien deseaba estar todos los días de su existencia, su trabajo de superhéroe no fue impedimento para enamorarse de aquella civil.

Y mucho menos para que lo vuelva loco todas las noches que pasaba con ella.

"¿Será bueno proponerle hoy que sea su novia?"

Sacó la pulsera que hizo para ella.

"¿Le gustará? No. Mejor no. Otro día será."

Guardó la pulsera en su bolsillo.

—Félix, ¿puedes venir un segundo?

—Ahí voy, Mari.

Bajó de la cama.

Se acercó lentamente a donde estaba el panel del vestidor que la cubría y solo se podía ver la sombra de su cuerpo.

Cuando la vio, estaba ella con una pijama grande y unos pantalones que hacían juego.

—Félix, encontré esta pijama. ¿Q-qué te parece?

"Es la mujer de mi vida."

—Está bonita, te ves muy tierna. —se acercó a ella y le dio un beso en sus labios.