🌻XII

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Estaba con la vista perdida, había dejado de pensar en lo que recién aconteció, perdiéndome en la suciedad del borde de mis zapatos. Dejé escapar un suspiro y levanté la mirada dándome cuenta que no había nadie en las calles a pesar de ser las diez de la noche apenas.

En todo este tiempo que llevaba sentado en el pórtico ni siquiera un auto había pasado.

A mis espaldas oí la puerta abrirse, vi la figura de mi madre, llevaba su cabello suelto y tomando entre sus manos con mucho cuidado un plato debajo de una taza.

—Te di el tiempo suficiente para que estuvieras a solas desde que te vi salir y te he traído algo que puede ayudar.

—Mamá no te hubieras molestado ya no soy un niño —me incorporé enseguida para ayudarle.

Ella rápidamente me dio un golpe en las manos, tal vez ya llevaba el suficiente equilibrio y tenía miedo que su esfuerzo desde la cocina se viera comprometido por mi culpa. Tuve que volver a sentarme y fue de manera que me entregó la bebida caliente.

—El golpe no era necesario, un no hubiera bastado.

Se carcajeó sentándose justo a mi lado. Sacudió su pantalón aunque no tuviera nada y yo le di un sorbo al té. La escuché suspirar y aunque no pudiera verla la conocía muy bien, podría tener sus labios juntos conteniendo las ganas de comentar cualquier cosa, estiró sus piernas y giré mi cabeza para confirmar que precisamente llevaba ese gesto en su rostro.

—Quieres decir algo ¿no es así, mamá?

Ella asintió. —Tuve que llamar a tu padre para decirle que estabas aquí.

Abrí mi boca y puse los ojos en blanco.

—¿Por qué lo has llamado?

—Porque quiere verte Namjoon, además...

—Dime que no le contaste por lo que vine —mi madre abrió su boca encogiéndose de hombros—. Mamá...

—Estaba preocupada, Namjoon. No sé de lo que es capaz esa mujer y tu padre dijo que estaría localizando a alguien que podría ayudarte si lo llamas. Llámalo, explícale que solo es una mentira.

—Minju siempre busca la manera de ganar, cuando Jin decidió vivir conmigo fue un ataque sorpresa para ella, ahora no contamos con nada de eso. Lo mejor que puedo hacer es...hacer lo que dice.

Mi madre dejó escapar el aire de sus pulmones como si estuviera realmente agotada, detecté el cansancio en aquel acto inconsciente. Una libertad profunda pero dolorosa que me hacía doler el esternón.

—Creo que todo era mejor cuando él estaba alejado de ella.

—¿Te refieres a el tiempo en el que Jin y yo estábamos empezando a hablar sobre si era bueno tener hijos? —cuestioné sarcástico.

—Jin está empezando a recordar —respondió evadiendo mi comentario—, ¿por qué no puede solo dejarlo ir? Tienes que poder hacer algo Namjoon.

—¿Qué es lo que debería hacer? Jin no va a poder recordarme ahora ni mañana y...no sé cuanto pueda llevarle. No podría perdonarme tampoco el tener que presionarlo con tal de que lo haga.

Estaba jugueteando con la oreja de la taza y vi a mi madre formar una mueca. Sabía que mi antigua casa era el lugar en el que menos debía estar luego de la discusión con Minju, nunca le había comentado a mi madre lo de la orden de restricción y eso ahora la mantenía angustiada.

Jamás había conocido a la familia de Seokjin y creo que nunca deseó hacerlo por el trato injusto que estábamos recibiendo ambos de su parte.

WHERE THE SHADOW ENDS | [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora