El pasado de Yumeno [2]

61 3 9
                                    


La vida no era fácil. Eso lo había aprendido Dai a sus escasos cinco años.

Pese a ello, jamás se dejó derrumbar, pues un niño de cabellos bicolor dependía de ella.

Y para ella, él lo era todo.

Tenía siete años cuando el laboratorio donde vivía fue atacado.

Tomó a su hermano y corrió hacia el primer armario del laboratorio que encontró, se metió junto con él y se encerraron.
La niña sabía que su poder no le ayudaría para atacar a nadie, pero si la encontraban podría borrarle la memoria y así podría seguir ahí hasta que se fueran.

Pero la pequeña Dai no contaba con que su vida tendría verdugo personal.

Yumeno no había emitido sonido alguno y tampoco lloraba, no mientras estuviera junto a su hermana.

Los ruidos de lamentos y gritos de agonía hace tiempo habían cesado, siendo reemplazados por pasos y órdenes.

Pasos se escucharon entrando al laboratorio y Yumeno apretó su muñeca y se abrazó a su hermana, hundiendo su rostro en su pecho. Asomarse por la ventana no los delataría, pues estaban tirados en el suelo.

Dai escuchó como la persona se detuvo en medio de la habitación y se quedó ahí un largo rato. Su oído era demasiado agudo, resultado de años y años de abusos.

Casi podía imaginar a la persona recorriendo con su mirada la habitación y detenerse en la puerta del armario.
Abrazó más fuerte a su hermano cuando los pasos se dirigieron a ellos.

Lentos, tranquilos, seguros. Dai supo que la persona detrás de la puerta era alguien de corazón frío.

La perilla rechinó cuando la empezó a girar. La niña no despegó la vista del frente, lista para recitar las palabras que la salvarían.

La puerta finalmente se abrió y Dai murmuró con valentía mientras presionaba una navaja contra la palma de su mano:

Dogra Magra.

Dai supo que algo estaba mal cuando las luces moradas no aparecieron por ningún lado y el individuo frente a ella solo ladeó la cabeza. El cual, no era más que otro niño.

Miró con terror los ojos del niño frente a ella. Dai sabía reconocer un monstruo cuando lo miraba y él era uno.

Yumeno despegó su cabeza del pecho de su hermana y buscó sus ojos, pero al notar que miraba hacia arriba siguió su mirada.

Un niño castaño, alto y vestido completamente de negro miraba con completa locura a su hermana.

—Onee-chan...—murmuró el pequeño, tratando de llamar la atención de su hermana.

Aquella acción atrajo la atención también del castaño.

Al ver que la niña abrazaba más a su hermano sonrió.

—Soy Dazai Osamu, ustedes son Dai y Kyūsaku Yumeno, ¿verdad?

El pequeño miró a su hermana buscando indicaciones sobre qué hacer, pero la niña no hacía más que mirar al intruso a la defensiva.

Dazai entonces comprendió la conmoción.

—Oh, seguramente te preguntas porqué tu poder no ha hecho nada—eso hizo a la niña cambiar su expresión—. Eso es porque yo también tengo un poder, que es justamente anular los de los demás.

La mano le empezó a temblar pero con todas sus fuerzas impidió que se notara.

Dai había comprendido que Dazai era su verdugo.
   
    
  
-[👁‍🗨]-
   
    
  
No confiaba en Mori Ōgai para nada, el cómo chillaba por aquella niña le era razón suficiente para no quererlo cerca.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 18, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pedorros one-shots de Bungou Stray DogsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora