"Un crimen sin descubrir, será el inicio de lo que era fantasía se haga realidad"
¿Se cambiará la historia original del que un día fue un personaje?¿Ray o...Saeran?
_________...
Toda esta semana trataba de evadirla, sentía vergüenza de mí. Tal vez era lo mejor, de seguro no quiere verme por no ser el verdadero Saeran... me sentía terrible, aunque la vigilaba desde lejos, donde los demás me miraban con extrañeza, lo que me hacía sentir aun peor.
Salía junto a dar unos paseos por la tarde, acompañada de un servidor, n°1005, parecía que en solo estos días se hizo amigo de él, lo que enojaba un poco, aunque el no hacia nada más que darle una pequeña sonrisa, lo que me disgustaba un poco más, pero yo no soy así...Ella debe tener una mejor compañía de la que yo puedo darle.
" ¡¿Qué es lo que hace con ella ese imbécil?!"
- Silencio Saeran, esta bien...
"¡¿Cómo que esta bien?! Si hubiera sido yo el que estuviera al mando ahora hubiera-"
- Calmate, sabes de la última vez que quisiste tomar la rienda, solo espero que ella este feliz
"Pero de todas formas nos encontraremos con ella, lo sabes muy bien"
Tenía razón, estos últimos días no serví de nada para el plan de la Salvadora, soy un debíl.
Miré hacía el lugar que la ví por última vez y no estaba, me asuste, ¿en donde se metió?
- ¿Ray?
Dí un pequeño saltito, estaba a mi costado, de repente mis mejillas se tornaron rosadas. Ella solo me miró con una cara de confusión para luego darme una sonrisa, consecuencia de hacerlos rojos.
- Y-yo s-solo...
- No digas nada, acompañame y no te escapes como las anteriores veces- me agarró el brazo y me jaló para direccionarme a el jardín de rosas azules, creo que este lugar sería el nuestro.
Por suerte llegamos sin ningún acompañante más, el chico se había quedado con los demás. Por suerte.
- Toma- extendió un brazo para darme un cupcake, que por su color imagino que es de menta- Lo hice un poco antes de que me sigas, lo hice como el color de tus ojos
¿Sobre el color de mis ojos? Mi cara se llenó de un color rojo, que no pude hacer más que taparme con una mano. ¿ Por qué siempre me hace sonrojar?
- Lo hice como una disculpa y reconciliación- Yo solo lo veía, plasmado y con la cara de un tonto por la palabra reconciliación, hasta que arqueó su cabeza con confusión- Sé que no soy buena en pasteles como tú pero come mi disculpa
Salí de mis pensamientos, ante el puchero que hizo; agarré el postre, tenía razón, era el sabor menta, de solo pensar de quien fue ella la que lo preparó especialmente para mí...
- Es bueno que te haya gustado- sonrió cerrando sus ojos
-¿ C-cómo sabes que me gusto?
- Por la sonrisa plasmada en tu rostro
Sin darme cuenta había sonreído y de nuevo estaba sonrojado. Tenía que sacar el tema
- ¿ Y cómo lo preparaste ?
- Me dieron permiso para ir a la cocina, era un lugar grande pero n°1005 y los demás me ayudaron
¿N° 1005? Odio escuchar ese número y cómo lo pronuncia tan amablemente, pero debo evitarlo, lo bueno es que me alegra que la señorita Mc acepte a alguien tan inservible como yo.
Paseamos por todo el jardín, aunque para mí era algo cotidiano, ver el asombro y brillo de sus ojos valía la pena como nuestras charlas mientras caminábamos, el solo hablar de sus gustos y aspiraciones me hacía interesar más de ella, no quería hablar de mí a lo que ella lo entendía perfectamente, lo que me gustaba de ella, pero solo quería saber más sobre ella y nadie más.
El sol se marchó, llegando la luna y las estrellas, obligandome a llevarla a su recamara por miedo a que se resfriara. Me había olvidado completamente del proyecto con la Salvadora, hasta ahora.
- Señorita Mc...
- Descuida, solo dime por mi nombre- dió una sonrisa que estremeció mi corazón con una fascinación de hablarlo en mis labios, ¿ eso nos hace amigos, verdad?
- Esta bien, Mc... mañana empezaremos con el juego
- Ahh... Lo olvide, creo que estamos atrasados, ¿No?
Solo asentí, no quería parar está velada hermosa con ella, pero tenía que hacerlo, aunque me duela.
Se recostó en su cama, de una manera muy graciosa y tierna, aún con su ropa del paseo, creí que era hora de que me vaya, ella necesita descansar.
- Que tenga una buena siesta, mi querida mc
Me aproximé a ella para darle un corto beso en la frente, algo que deseaba darle solo a ella. Su rostro se quedó paralizado y rojo, una señal para marcharme de sus aposentos.
Solo espero que esté día sea como los siguientes, yo junto a ella y ella junto a mí.
Me enamoré a simple vista, pero me encantaste cuando más te conocía
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