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Fastidiar a la orden
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Las palabras en latín retumbaban en mi cerebro, causándome dolor, mis manos temblaban al sostener la cabeza del sacrificio. Odiaba esta parte de la magia, ¿Por qué valía más la vida de esa desagradable mujer que la de cinco personas inocentes?

Mi madre termino de recitar el conjuro y segundos después, seis gritos desgarradores hicieron eco en el salón. Mi respiración se aceleró, sintiendo un nudo en la garganta, mientras sostenía con más fuerza al hombre, quería llorar y gritarle a mi madre como permitía eso, pero solo me quede quita.

—Lo siento.- murmuro, escuchando la loca risa de Renée

La mujer solo se levanto y salió del lugar, sin siquiera agradecer.

—Hicieron un trabajo excelente, muchachos.- felicitó mi madre- Que los acólitos limpien. Jonás, Beatrice, se encargarán de las ofrendas.

Saco la máscara con rapidez y salgo tras ella, entrando a su oficina.

—Madre, sabes cuanto odio eso.- Ella suspira sin verme-No me hagas estar mas tiempo con ellos, por favor.

—Tienes que hacerte fuerte, un gran mago no se tienta el corazón.- dice con voz firme- Solo debes esperar a que mueran.

—Pero...

—Es una orden, Beatrice.

A regañadientes salgo y busco a mi compañero, quien está ordenando a Brandon subir a las personas en silla de ruedas a la camioneta, los llevaríamos a un lugar cerca.

[...]

Suspiro temblorosamente al caminar entre las camillas, escuchando el pitido de las máquinas que indicaban los latidos. Ruedo los ojos al escuchar la décima notificación del celular de Jonas y me recargo en una de las mesas.

—¿Escuchaste eso?- cuestiona llegando a mi lado-¿Quién está ahí?

Uy, si, te va a responder "soy un ladrón"

—Ve a checar.- ordeno- Anda.

Él bufa y obedece, lo sigo con la mirada hasta perderlo cuando sale del cierto.
La luz tenue de las velas apenas iluminaba, aumentando la temperatura, sentía mi nariz picar por la estupida máscara y apenas podía moverme con la fea bata.

—¿Jonás?- cuestiono algo temerosa

Su grito de dolor se hace presente, junto a gruñidos. Palmeo mi frente y ruedo los ojos, caminando hacia el pasillo, topándome con Hamish y Lilith, claro que eran ellos.

—¿Qué hacen aquí?- interrogo y cruzo mis brazos- ¿Acaban de...matar a Jonás? ¡Carajo!

—Y claro que la barbie bruja estaría aquí.- suelta la chica, echándole un vistazo a la habitación- Torturando personas.

—Ya estaban muriendo.- el rubio ve con pena a uno de las ofrendas-¿No es así, anciano?

—La maldita cirrosis.- habla apenas

—Por algo son voluntarios.- respondo y camino hacia él- ¿Necesitas algo, Joaquín?¿un vaso de agua?

—Por favor, máteme, señorita Bea.- el hombre articula con dolor, sujetando mi mano- Duele.

—Por eso los apoyaste.- dice Lilith

—¿Estas lista?- le cuestiona después de asentir- Llámalo piedad.

—¿Qué?- hablo confundida-¿Ahora que mierda quieren hacer?

—Ellos deben morir por la enfermedad para que el hechizo se complete.- explica el lider- Si mueren por otra causa...

The daughter of the order || Randall Carpio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora