Capítulo 9. Entre pizza, helado y sillones

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-Oye mi amor, ¿qué harás este fin?- Era miércoles, estábamos en "entre clases", una cocina fuera de la escuela.

-Estar en casa, mamá saldrá de viaje, ¿quieres hacer algo?

-Es que mi familia se va el sábado a la playa y regresan en una semana, pero por la escuela yo no puedo ir, igual quería ver si salíamos.

-Claro, o ¿Por qué no vas a mi casa?, estará mi hermana, sirve que la conoces.

A mi hermana le había contado de él, estaba más emocionada que yo, por el tiempo que duré soltera y moría por conocerlo.

-¿Solo los 3?

-Si, además tenemos unas pelis pendientes por ver, así no te quedas solito.

-Pero hermosa, tengo mucho trabajo...

-No te preocupes corazón, solo fue una idea...

Llevábamos mes y medio de relación y no conocíamos a nuestras familias, no era algo que fuera tan importante (ya que a pesar de que el amor estaba ahí, honestamente yo seguía teniendo mis dudas de que fuera a durar y por ello no quería involucrar a las familias, simplemente era un salto de fe)... así que no se tocó el tema de nuevo, hasta el sábado en la mañana que me llegó un mensaje.

-Voy para tu casa linda, ¿a dónde llego? O ¿vas por mí?

Ese texto fue como un hielo en la garganta, un nudo en el estómago, en cuanto le dije a mi hermana se emocionó y prometió que nos haría algo rico de comer (ya que cocina delicioso), mientras yo fui por él, al lugar en donde me acercaba cuando ya era tarde, en cuanto lo vi me puse aún más nerviosa, pocas personas habían ido a casa y jamás un novio.

Llegamos a casa, mi hermana seguía emocionada, efectivamente nos hizo algo rico de comer y su especial guacamole.
-Amm Willis no come aguacate.
-Pero, tú eres la fan número 1 del aguacate ¿en dónde te fuiste a meter?
-Supongo que en un lugar donde me quieren y me tratan bien sin importar mi adicción al aguacate...
No hay mucho que contar de esa noche mientras estuvo mi hermana con nosotros, comimos, ella le hacía preguntas ocasionales y banales, en realidad nada importante, ¿en qué trabajas? ¿Qué estudias?, cosas que nosotros ya sabemos, para después jugar juegos de mesa, incluso ajedrez (ella estaba fascinada, llevaba años pidiéndome que aprendiera a jugarlo para que tuviera con quien jugar), se llevaban bien, eso a mí me daba calma, después empezamos a ver películas, ella solo se quedó en la primera, después dijo que estaba cansada y subió a dormir, nosotros nos quedamos solos...
Sé que a estas alturas quizá esperes sexo, digo, teníamos casa prácticamente sola y mi "hermano" Kevin siempre metía condones en mi mochila, pero esto no fue así, en una ocasión le conté a Willis acerca de mis inseguridades respecto al tema, a lo que dijo que lo respetaría y haría las cosas bien, en realidad pusimos una película, que la verdad no vimos, (ni siquiera recuerdo el nombre), porque nos salimos al patio, él fumaba un cigarro mientras acariciaba a vaca (mi ex gato) y me contaba de sus viajes con sus compañeros de salón... en la tercera película ya estábamos de nuevo dentro de la casa, ambos acostados en el mismo sillón (tuvimos que quitar las almohadas para caber), moríamos de risa con aquellas historias de como me caí de las escaleras cuando niña... en la cuarta película ya estábamos en sillones separados, resulta que si queríamos ver al techo boca arriba no íbamos a caber en uno solo, como ambos sillones estaban en contra y chocaban, yo estaba acostada horizontalmente y él verticalmente, me preguntaba de mis relaciones anteriores, haciendo énfasis en mis heridas... para la quinta y última película seguíamos cada uno en su sillón, agarrados de la manita, hablando de nuestros sueños y metas al salir de la universidad...

La primera vez que despertamos eran como las 7 am, nos habíamos quedado dormidos en la sala (lo que pasaba constantemente en esa casa, ese era por qué había cobijas ahí), no recordaba nada, solo estaba calientita, alguien me había tapado con una manta en la noche, nuestras manos se habían soltado, justo fue eso que me despertó, el como sentí que su mano me apretó y soltó.
-¿Qué pasó? Perdón, te desperté...
-No te preocupes, ¿estás bien? ¿Tienes frío?

-Todo bien, así duermo, y no linda, no tengo frío, de repente te quedaste dormida, vi esas cobijas y te tapé, no quería tuvieras frío y de paso tomé una.

-Creí que nos habíamos quedado dormidos agarrados de la mano...
-Así fue, pero antes tenía que cuidarte, ven, acurrúcate aquí en mi sillón.
-Oye, ¿no quieres ir mejor a mi cuarto? Para estar más cómodos en mi cama.
-Pues yo estoy muy cómodo, más ahora que compartimos manta y estamos de cucharita...

Dormimos de nuevo, era "muy temprano" para un domingo, la segunda vez que despertamos fue a las 10, lo que fue un total fracaso, teníamos hambre, pero ninguno de los dos quería levantarse, era bonito estar ahí juntos... La tercera vez fue a las 12 pm, esta vez sí nos levantamos, ya el hambre era bastante, fui a ver a mi hermana, quien dijo que quería pizza, como era domingo, en mi "rancho" había tianguis y la mejor pizza de la semana, la cual llevamos a casa y comíamos mientras hablábamos de música, pero había un problema...
-Y, ¿Cuándo regresan tu familia Willis?
-El siguiente fin, será una semana pesada, siento que no comeré bien.
-¿por qué?
-Pues mamá es quien hace de comer y no quisiera cocinar si solo soy yo, ya veré que hago...
-Hola- mi hermana había bajado de su habitación- ¿se quedaron dormidos aquí?
-Si, ella calló primero, creo le afectó que le haya ganado en jenga.
-Y ¿no van a comer? o no... ya comieron- mencionó al abrir la caja de pizza.
-De hecho, ya tengo que irme, debo trabajar...- comenzó a guardar sus cosas en su mochila, yo me levanté para acompañarlo- muchas gracias por todo y fue un gusto.
-Cuando quieras venir, es tu casa Willis.
-Ahorita vengo- tomé mis llaves y salimos, la calle era un caos, casualmente salía un transporte que lo dejaba a unas calles de su casa.
-Oye amor, ese era tu transporte.

-No me importa linda, vamos por un helado, el siguiente transporte pasará en 20 minutos, podemos estar un poquito más juntos.
Y como era de esperar, mi helado fue de galleta y el suyo de nuez, así los dos podíamos comer de ambos, nos sentamos en la banqueta a comer el helado banquetero, cuando llegó su transporte.
-Me encanta tu espontaneidad linda, es perfecto lo que tenemos, incluso nos podemos sentar en la banqueta y no te molesta, hasta puedes ser cursi, como cuando me pusiste tu carta en mi saco aquella vez, ahora esto- sacó una pequeña nota que le había puesto en el bolsillo de su chamarra- nos vemos mañana en la escuela. Me besó y se fue.



ChachacháDonde viven las historias. Descúbrelo ahora