Jungkook
Al vivir cerca del campus de Seúl, era normal estar siempre rodeado de grandes muchedumbres de gente, pero por alguna oscura razón, el Starbucks más próximo a mi edificio siempre parecía más lleno los jueves. Sin embargo, aunque el local hubiese estado semivacío, probablemente tampoco habría reconocido a Eunwoo en la cola, justo delante de mí.
De manera que me llevé un buen susto cuando se volvió, abrió los ojos al reconocerme y me saludó con un efusivo:
—¡Eh! Eres Kook, ¿verdad?
Pestañeé, sintiendo que acababa de pillarme desprevenido. Había estado pensando en Jimin y en las consecuencias de lo que había pasado dos noches atrás, cuando se había presentado en mi apartamento a las tantas y había acabado debajo de mí, y los dos habíamos llegado al orgasmo sin quitarnos la ropa siquiera. El recuerdo de esa noche era mi imagen favorita del momento, la que recreaba cada vez que tenía oportunidad, fantaseando con él, para ponerme a tono, para calentarme la sangre. Hacía años de la última vez que me había corrido solo con tocamientos y frotándome con alguien más y con la ropa puesta, pero, joder, se me había olvidado lo sucia y excitante que era la sensación de estar haciendo algo prohibido.
Sin embargo, ver a aquel chico delante de mí, el tipo con el que Jimin estaba saliendo, fue como si me echaran un jarro de agua fría por la cabeza.
Eunwoo tenía la misma pinta que cualquier otro estudiante de SNU de por allí: vestido de cualquier manera, parecía un cruce entre un sonámbulo en pijama y un vagabundo harapiento.
—Sí —dije, extendiendo la mano para estrecharle la suya—. Hola, Eunwoo. Me alegro de verte de nuevo.
Dimos un paso adelante cuando la cola avanzó y fui sintiéndome cada vez más torpe e incómodo. En la fiesta no me había dado cuenta de lo joven que era: estaba casi todo el tiempo dando botes con ese aire entre ansioso y espitoso, como constantemente entusiasmado por algo.
Asentía mucho con la cabeza y me miraba como si fuese alguien a quien había que tratar como a un superior.
Bajé la vista y me di cuenta del aspecto tan formal que tenía yo con aquel traje. «¿Desde cuándo me había convertido en aquel señor trajeado? ¿Desde cuándo tenía tan poca paciencia con los universitarios veinteañeros y estúpidos? Probablemente desde el día en que Jimin me hizo una paja en el dormitorio de una fiesta de universitarios y fue la mejor experiencia sexual que he tenido en la vida», me dije.
—¿Lo pasaste bien el otro día en lo de Jackson?
Me quedé mirándolo un buen rato...
—Pues...
—Me refiero al dueño del apartamento —me aclaró, riendo—. El apartamento era de Jackson.
—Ah, sí... —Mi mente reprodujo de inmediato la imagen de la cara de Jimin mientras introducía los dedos entre su bóxer y tocaba su piel desnuda. Recordaba perfectamente su expresión justo antes de correrse, como si le hubiese hecho algún puto truco de magia. Parecía estar descubriendo esa sensación por primera vez en su vida—. Sí, la fiesta fue genial.
Se puso a toquetear el móvil, y luego levantó la vista y me miró con aire reflexivo.
—¿Sabes qué? —dijo, acercándose un poco más a mí—. Es la primera vez que me encuentro así, de casualidad, con alguien que está saliendo con el mismo chico con el que salgo yo. Es un poco extraño, ¿no?
Reprimí una carcajada. Bueno, desde luego, al menos tenía en común con Jimin que era igual de directo que él.
—¿Qué te hace pensar que estoy saliendo con Jimin?
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Seductor Irresistible - Kookmin
RomanceJimin es una rata de laboratorio. Vive por y para su trabajo. Su hermano Jihyun, preocupado porque todos los días se la pasa metido en el laboratorio lo convence para que le pida a su amigo Jeon Jungkook que le enseñe a conseguir amistades. El probl...