Siete

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NOVALE

Observe por el gran ventanal como los árboles bailaban de lado a lado mientras la lluvia caía con agresion. Me arrecosté sobre mi silla descansando todo el peso de mi espalda en ella y cerré los ojos momentáneamente concentrándome en la música que venía de el cuarto siguiente en donde Sofia se encontraba practicando sus lecciones de piano. Me sentía cansada. Quería relajarme y aclarar mi mente pero la constante sensación de incertidumbre en mi estómago lo hacía imposible.
Observe mi teléfono con la esperanza de ver una notificación de parte de Alexander pero estaba en blanco.

Deslice mi dedo por este para leer el último mensaje que le había enviado.

"Esperemos que solo sea trabajo. Pero con Caleb nunca es solo una cosa. Encontraste algo?"

No respuesta. Me preguntaba donde estaba.

"??"

Escribí.

Deje caer la cabeza sobre mis brazos que descansaban en la mesa y pase los ojos alrededor de todo el lugar. Si bien llevaba 5 años con De'Luca, las comodidades de su entorno aun lograban cautivarme. Me resultaba dificil creer que a pesar de mi pasado, me encontraba aqui hoy dia. Si hace algunos años alguien me hubiese dicho que las cosas cambiarian para mejor, que recuperaria a Sofia de la casa hogar donde fue llevada por el juicio, y que ambas estariamos viviendo una vida de ensueño en Italia de seguro me hubiese reido en su cara o lo hubiese acusado por querer tomarme de el pelo. La Novale de 18 años jamas hubiese imaginado que las cosas tomarían este giro.  Pero ahora que hizo, la llegada de Caleb parecia ponerlo todo en riesgo. Y esta vez, no estaba dispuesta a dejar que su presencia pusiese las cosas de cabeza. No más.

-Señorita Novale-dijo Andrew el mayordomo apareciendo de la nada.

Me incorpore en mi silla y observe su reflejo desde los ventanales.

-El señor Rinaldi esta listo para usted.

Le observe por encima del hombro y sin voltearme hacia el, asenti.

-Gracias.

Con gentileza, empuje la silla en donde me encontraba sentada hacia atras para levantarme y camine hasta los ventanales cerrando las persianas de estos con la esperanza de cesar el sonido de la lluvia. Luego segui camino hacia el despacho de DeLuca.

Sopese la opción de tocar la puerta antes de entrar pero la simple idea de tener que pedir una cita para comunicarme con mi prometido me parecia ridiculo. Asi que sin mas, la abri.

-El señor Rinaldi esta listo para usted-dije en tono de burla citando las palabras de Andrew.

DeLuca, quien se encontraba sentado en su escritorio leyendo lo que parecia ser las noticias de hoy, also sus ojos hacia mi para regalarme una sonrisa. Con un solo movimiento, solto los papeles que tenia en su agarre inclinandose hacia delante.

-¿Enserio?-seguí hablando-a unos meses de nuestra boda, vivimos juntos y ¿aun asi tengo que agendar una "cita"-hice comillas con los dedos-si quiero hablar contigo?

-Baby-dijo con voz suave-estaba ocupado en una reunion con mis socios. Y el Canciller pidio explicitamente que solo sus hombres y yo estuviesemos presente. Los chicos solo hacian su trabajo.

-¿Y si fuese una emergencia?

-¿Lo era?

-No. ¿Pero y si lo fuese?-debatí

-Te digo que..-habló caminando hacía mi para tomar mis manos con las suyas-Hoy mismo hablaré con Andrew. Le diré que sin importar que, tú y Sofi siempre tienen acceso a mi despacho y a mi, a todas horas. 

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2023 ⏰

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Enamorada de un narco 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora