Sombra Del Pasado

Capítulo 3

Despierto algo molesta por los rayos del sol que entraban por la ventana, dándome directo en el rostro, las cortinas no estaban estiradas. Me levanto y me voy al baño, me aseo con cuidado, cuando termino salgo de la habitación, pero cuando voy a salir justo tocan la puerta y abro.

- ¿Señorita puedo pasar? - Se oye la voz de una mujer.

Seguro debe ser Blanca.

- Adelante. - Pronuncio, esperando a que pase.

Cuando lo hace veo a una mujer joven, alta, cabello oscuro hecho una coleta y de piel clara, la mujer vestía de uniforme de una empleada lo cual confirma mi sospecha.

- Buenos días, -Sonríe.

Se ve simpática, espero que así sea y no una señora gruñona, me chocan esas personas.

- Buenos días - Respondo igualmente con una sonrisa.

- Yo soy Katy, la encargada de la limpieza. Es un gusto conocerla -me mira.

- El gusto es mío Katy- Sonrío amigable, soy Emma.

Ella sonríe y camina hasta la cama dejando una prenda de ropa de mujer y un par de zapatos.

-Lo mando el señor, cuando termine baje a desayunar, yo hare el aseo, usted no se preocupe. Con su permiso - Sale de la habitación.

Veo cómo se va, camino hasta la cama. Veo la ropa, es linda.

Cuando termine salí de la habitación y bajo las escaleras, cuando llego al final, veo una puerta abierta y me acerco un poco viendo a un hombre alto y de traje oscuro conversando con Roger, en un despacho. Roger me ve y se levanta.

- Bueno Thomas, en eso quedamos. -Dice serio.

El otro hombre se levanta, vaya que es alto y fortachón, ambos se estrechan la mano en forma de despedida. El hombre me ve y vuelve a ver a Roger. Sin más se dirige a la puerta, me saluda y se retira. Roger se acerca a mí y no sé por qué siento que se me viene una regañada.

- ¿Que no te enseñaron tus padres a no espiar las conversaciones de los demás? -Dice serio y luego me dedica una sonrisa.

- Haber, número uno, no estaba espiando, solo bajaba las escaleras y me encontré con ustedes, y dos, mis padres no se dieron el tiempo para enseñarme ni siquiera para criarme. - Trato de sonar seria, pero se quiebra mi voz.

Toco una parte que no me gusta hablar. Él se queda unos segundos mirándome como en un trance.

- Bien, yo ya me voy Roger, gracias por permitir quedarme anoche- Digo.

Sin más camino hacia la salida, pero me toma del brazo y me voltea empujándome, quedando a centímetros de él mirándome profundamente a los ojos, el escalofrió corre de nuevo por mi espalda, Dios, ¡Porque me hace esto!

- Lo siento, no fue mi intención Emma... - susurra y me abraza.

Me sorprendo por el abrazo, era tan cálido, me apoyo mi cabeza un momento es su pecho unos instantes y me separo.

- Tranquilo, ya está superado -sonrió. - Pero ya me voy, gracias Roger.

- Emma, no te puedes ir -Pronuncia.

- ¿Qué? ¿Por qué? -lo miro algo molesta - Me dijiste que hoy si podría irme, en eso quedamos Roger.

-Lo sé, pero vamos, yo dije que te llevare, aparte ir a Chile es un viaje largo, debes desayunar al menos - Sonríe.

Su sonrisa es hermosa, no me había fijado antes, espera, ¿Qué?

- ¿Cómo sabes que soy de Chile?

- Te investigue Emma. -Se calla un momento- Pero bueno, no te molestes era solo por seguridad.

Bueno al fin de cuentas tiene razón, no podía meter así nomás una desconocida a su casa.

-Bien mejor vamos a desayunar. -Sonríe leve.

Asiento al fin de cuentas y caminamos por los pasillos y veo blanca sirviendo el desayuno, nos ve y nos dedicado una pequeña sonrisa. Se ve simpática, espero llevarme bien con ella.

- Está listo señor - Pronuncia a Roger.

La meza era un banquete por decirlo así, estaba repleta de comida, nunca en mi vida había visto tanta, y más siendo solo un desayuno, ya me enamoro esta mujer. Rio leve por el pensamiento y Roger me mira extrañado, pero luego me dedica una sonrisa.

Se acerca a la meza y separa una silla para que me siente, lo cual hago y el luego.

- ¿Despertaron los niños? - Roger mira a Blanca.

- No señor, ya casi son las diez, son unos dormilones.

Este solo asiente y bebe un poco de su café, yo tomo mi taza bebiendo del té.

- ¿Dormiste bien? - Me mira

- Si, no supe cuando me quede dormida, me relaje. Por cierto, gracias por la ropa, no tenía que ponerme. -Sonrió.

- No hay de que, ¿te duelen mucho tus heridas? - Me mira

- No mucho -Digo y bebo otro poco de té.

- Blanca te ayudara hacerte curaciones ¿ok? -Su celular empieza a sonar - Permiso.

Se levanta y camina a la sala.

- Siempre está pendiente a sus negocios - Pronuncia Blanca y la miro.

- ¿Y en que trabaja? -La miro.

Ella solo me mira un poco incomoda. Creo que no debí preguntar.

- Debería preguntárselo a él, yo no soy la adecuada en decírselo.

- Entiendo, disculpe si le ha incomodado mi pregunta, era solo curiosidad

- Tranquila la entiendo - sonríe. - Y cuénteme, ¿Que comida es la que le gusta?

- Pues la lasaña -Sonrió y me mira extrañada.

- ¿Lasaña? ¿Qué es eso? -ríe- Nunca la eh oído.

- Es una comida que se prepara en Chile -Sonrió divertida.

- ¿Usted es chilena? -Sorprendida.

Asiento.

- Bueno no sé cómo prepararla, pero averiguo y se la preparo. -Sonríe.

- ¿Que? no, claro que no. No la quiero molestar.

- No es una molestia, con gusto lo hago, quiero que coma, si preparo algo que no le agrada quedara con hambre y debe comer bien.

- Comeré, pero no la molestare.

- Está bien, pero ¿Hay una comida que puedo preparar que guste?

- Siempre eh querido probar las enchiladas mexicanas.

- Bien, cocinare enchiladas, suerte, al señor le gustan mucho -Ríe leve.

Escucho unos pasos aproximarse y volteo y veo a Roger.

- Tengo que irme, volveré al medio día -Dice y se va a la entrada tomando las llaves de su coche.

- ¿Qué? -me levanto y lo sigo. - Roger. - Lo llamo y se voltea mirándome - ¿Que pasara conmigo? me debo ir.

Me mira unos segundos serios

- Mira, en el periódico acaban de avisar de muchas personas desaparecidas en la región dos y en la región policiaca, hubo una balacera con unos sujetos que explotaron tu casa, dejando un mensaje "Te seguiremos buscando", aquí te quedaras, estas segura. ¿Entendido?