Escritor:
Noe Vidal.
La historia de Ana María es un poco compleja, pero como no serlo si cuando se habla del amor a otro ser humano se habla de complejidad.
Todo comenzó una tarde en la que había perdido el autobús que la llevaría hasta el metro, tuvo que caminar unas cuantas cuadras para poder tomar otro transporte que la acercaría a su estación; mientras una fuerte lluvia empezó a caer. Corrió lo más rápido que pudo para resguardarse en la parada, pero cuando llegó estaba a reventar de gente, así que no le quedó más opción que esperar bajo el fuerte aguacero. Una camioneta pasó justo frente a ella, pisando un charco que la bañó por completo.
― ¡CABRÓN DE MIERDA! ―le gritó al conductor tras sacudirse.
El anhelado autobús llegó, pero la gente a su alrededor, se montó apresurada y no le dejó espacio para subir.
―Esto no puede ser peor ―murmuró. Se quedó mirando a la nada unos segundos hasta que sintió que el agua ya no caía por su rostro.
―Sé que es un poco tarde porque estas empapada, pero al menos, ya no te caerá más lluvia. ―El chico sonrió.
―Gracias. ―Hizo un amago de sonrisa―. Pero tengo que irme, la estación del metro está muy lejos.
― ¿Puedo acompañarte? ―preguntó―, al igual que tú, debo caminar hasta la estación, solo déjame ir a tú lado. ―Ella asintió―. Así no dejo ir esta oportunidad.
―No veo cual es la oportunidad ―comentó con un poco de ironía.
―Yo sí la veo. ― Sonrió―. Por cierto, me llamo Charlie Kennedy, pero me dicen CK.
―Soy Ana María. ―Le devolvió la sonrisa―. Fue un placer, pero como te dije, he de caminar a la estación.
***
Ya el encuentro con aquel chico sonriente se estaba convirtiendo en solo un recuerdo. El sábado había decidido ir a dar un paseo, se sentó en una banca y por un momento quedó absorta en sus pensamientos, pero el brillo de un flash la sacó de su burbuja.
―Nos volvemos a encontrar.
―Déjame decirte que casi quedo ciega por tú culpa ―dijo tras pestañear varias veces.
―Lo siento, fea, pero necesitaba guardar esta imagen ―respondió, sentándose a su lado―. Cuéntame, ¿cómo has estado?
―He estado muy bien, gracias. ¿Por qué me llamas fea si se puede saber?
―Lo de fea es porque siempre digo lo contrario a lo que me gusta, así voy por la vida.
― ¿Entonces quiere decir que soy bonita? ―concluyó ella.
―Aclaremos algo. ―Se giró para poder verla de frente―, tú no eres bonita, eres hermosa ―dijo serio―. Tienes una mirada dulce, una sonrisa que derretiría los polos, una piel que provoca acariciar, el cabello tan brillante como el sol... ¿Sigo?
―Creo que quedó clarísimo —dijo apenada.
―Ven, vamos. ―Se levantó y le tendió la mano―. Acompáñame a seguir buscando momentos únicos.
―No te entiendo, Charlie.
―Dime CK, cuando me dices Charlie creo que le estás hablando a mi padre; con el tiempo entenderás lo que te digo. ―La ayudó a ponerse de pie―. Tú acompáñame.
***
Su amistad con CK fue avanzando. Él era una persona a la que le gustaban las cosas con calma, a pesar de su forma de ser tan acelerada. Ya Ana María tenía semanas pensando sobre sus sentimientos, su amistad era muy valiosa como para dañarla con una relación.
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RELATOS DE ROMANCE
Storie d'amoreBienvenido al primer concurso de Relatos de Romance de Tertulia de letras y Escritores!!! Te invitamos a leer todos los relatos que los "Escritores" han enviado y el que más te gustes votes mediante una estrella y comentario. -Recuerden que todos l...