haruka me invitó a su casa junto a kaori. comimos sandía en su jardín mientras hablábamos sobre cualquier cosa.
aunque kaori hablaba más de takada; un chico de nuestra clase.
aún con diecisiete años y siendo consciente de lo joven que soy; jamás me había gustado nadie.
aunque, cuando pienso en el amor, por alguna razón viene a mí la imagen de kaiyō y sus ojos profundos como el oceáno, honrando su nombre.
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azucena.
Romanceeres como la azucena de trompeta; siempre entre el mar y la tierra, pura y, fugaz. (c) scenoa arte: mrs. louis raphael, de john singer sargent