Capítulo 10: La trampa

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Según el folclore popular, cuyo saber es incuestionable, los íncubos son atraídos invariablemente por jóvenes vírgenes. Una virgen representa para él todo el potencial que requiere para dar rienda suelta a su lujuria.
Sin embargo, aquélla que seduzca al demonio, tendrá todo el control sobre él.

Min Yoongi, en una entrevista para el programa de TV  L'Inexplicable


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«El sexo es su poder —repitió Yoongi, haciendo eco de las últimas palabras que Lucían le había dicho a Jimin antes de interrumpir el contacto mental—. Sí, es su poder. Pero también es su perdición.»

— ¿Cómo lo sabes? —Jimin formuló la pregunta en voz alta. No deseaba más ese diálogo sin palabras, sentía que algo iba mal en París y su inquietud crecía por momentos.

—Actúa como un íncubo —explicó Yoongi con paciencia. Le gustaba formular conjeturas sobre la marcha, recitando experiencias que conocía a causa de sus casos o del saber acumulado por su abuelo y por el Círculo a lo largo de los años. Usar a Lucían era un atajo, pero disfrutaba también el hacer uso de sus propios recursos—. Se dice que los íncubos extraen la energía corporal de sus víctimas en el momento del sexo y que éstas viven la experiencia como un sueño. Es lo que le ha estado ocurriendo a Jinnie...

—Pero la voz…

—Dije que actuaba como un íncubo, no que lo fuera. Sin embargo, creo que se hace más fuerte mientras está con Jinnie. Nuestro apreciado director es precisamente la batería que Ridefort necesita, el hábitat ideal. Pero para que Ridefort sea dominado, necesita ser seducido y doblegado en el sexo... Es su poder, pero también su debilidad. ¿Me entiendes ahora?

—Ajá —dijo lentamente Jimin. Las palabras de Yoongi le parecían también dirigidas a él, reprochándole veladamente su debilidad con Siwon. Para ellos el sexo había sido como un catalizador que los había catapultado hacia la Gestalt y les permitía vislumbrar fragmentos del futuro de la humanidad. Un futuro en el que parte de la evolución estaría basada en el sexo. Sin embargo, para Jimin en particular, el sexo también era sinónimo de traición. Había traicionado a Yoongi con Siwon por sexo. Un sexo indescriptiblemente intenso porque rayaba en lo prohibido. Algo que quizá se parecía a lo que Jin estaba experimentando.

—Yo no soy una autoridad en cuanto a posesión demoníaca se refiere —siguió diciendo Yoongi—. En otras circunstancias, acudiría a Amy, pero... —Se detuvo, frunciendo el ceño. Había sentido algo afuera.

Jimin también lo sintió, pero antes de que pudiera interpretar con palabras lo que captaba, Yoongi se puso rápidamente de pie y le ordenó ir arriba y sacar a Jin de allí.

«El sexo es mi poder…»

Jin ahogó un gemido. El tentáculo se movía deliciosamente entre sus piernas, palpando su naciente erección. Otros dos tentáculos comenzaron a deslizarse por su cuello y uno se posó levemente sobre sus labios.

Apenas consciente de que su cuerpo volvía a elevarse, se entregó por completo a las sensaciones que estaba recibiendo. El placer era indescriptible, poderoso, algo que estaba más allá de su propio mundo, sublime. Una sensación que lo llevaba al límite de todos los sentidos.

«El sexo es mi poder… Jinnie, ¿deseas ser como yo?»

—Aaaah —jadeó el director al sentirse penetrado por un poderoso tentáculo—. Sí… sí… quiero… —Su voz se perdió en inarticulados y sedientos gemidos.

Namjoon abrió de golpe los ojos e intentó incorporarse, pero una gran fuerza lo mantenía inmóvil sobre el colchón. A su lado, pudo sentir los gemidos de Jin, y por su intensidad supo que estaba en medio de un apoteósico orgasmo. Su cuerpo flotaba a diez centímetros del colchón y se retorcía en éxtasis, mientras los tentáculos lo penetraban.

εξέλιξη [YoonMin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora