Capítulo 18: Separación

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A veces entiendo lo que somos como un engranaje, un mecanismo utilizado para transmitir potencia entre las distintas partes de una máquina. Si estamos completos, engranamos como dos ruedas dentadas en un movimiento sin fin. Si uno falla, es como si uno de los dientes de una rueda se rompiera, el mecanismo se detiene hasta que pueda ser reemplazado.

Min Yoongi - ¿El universo es un caos?, 2005


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Se quedaron en Rennes esa noche, demasiado cansados para volver a París. Jimin salió de la ducha envuelto en una toalla y se secó el cabello con movimientos enérgicos. Su ropa estaba cuidadosamente doblada sobre una silla, pero no había traído pijama, de modo que se puso el albornoz del hotel y se acercó a Yoongi, que estaba sentado en la cama, completamente inmóvil.

De pronto lo miró y pronunció:

—Tú lo sabías.

Jimin se sentó a su lado, buscando cuidadosamente las palabras adecuadas para explicarle, pero no podía pensar con claridad. La pérdida era demasiado reciente.

—Tuve una visión —dijo en voz baja—. Ocurrió cuando desperté a Choi. No te dije nada porque pensé que se trataba de un engaño, que podríamos cambiar el desenlace y... —La voz se le quebró—. Creí... creí que mientras estuviéramos los dos juntos, nada podría pasarles...Oh, Yoongi...

— ¿Qué más viste? —La voz de Yoongi sonaba tranquila pero trataba de contenerse. En su dolor, sabía que no debía buscar culpables, pero parte de él culpaba a Jimin.

Jimin calló. ¿Cómo decirle que lo había visto morir? Él mismo no podía aceptarlo y no dejaba de interrogarse sobre cómo Siwon podría haberle transmitido esa visión. Normalmente los transmisores de sus visiones (llamados desencadenantes por Lucían) no se enteraban de lo que él percibía, pero en el caso de Siwon no tenía la certeza. ¿Habría sido intencional? ¿Habría sido algún modo de manipularlo, como otras veces? No lo sabía y pensar en ello sólo hacía que se sintiera peor.

— ¿Qué más viste? —La pregunta fue formulada nuevamente y los ojos de Yoongi, llenos de dolor, buscaron los suyos.

Jimin no pudo decirlo, simplemente tomó sus manos y le transmitió parte de lo que había visto: imágenes fragmentadas de Yoongi en su estudio, disparos desde varias direcciones, hechos por negras manos enguantadas, fuego consumiendo su cuerpo ensangrentado... Y luego, el vacío.

—Una ejecución sumaria del Círculo —murmuró Yoongi en voz baja—. Doce balas, el fuego... la ejecución de los traidores.

—No los has traicionado —dijo Jimin, temblando sin proponérselo—. Tú les entregaste a Choi. ¡Fueron ellos los que lo dejaron huir! Además... es una visión... Tú sabes que no siempre... —

Se interrumpió, abrumado.

—No siempre se cumplen, pero se cumplieron con las gemelas — completó Yoongi y se hizo un largo silencio—. No eres el primero ni serás el último en predecir mi muerte, Jimin. No temo morir —dijo finalmente.

— ¡Grandioso! —Jimin casi gritó—. Tú no temes morir... ¿Has pensado en mí? ¿En Lucían? ¿Te has dado cuenta que nuestro lazo mental se debilita? ¿Cómo vamos a poder continuar sin ti? ¿Cómo podré seguir yo? —La voz se le quebró, y dejó salir por fin un sollozo ahogado—. Yo te amo... no quiero perderte... te amo.

—Jiminie. —Yoongi lo abrazó, con un nudo en la garganta, y calmó como pudo sus sollozos, aunque por dentro sollozaba también. Lo que decía Jimin era cierto, sentía que el lazo se debilitaba, lo había comenzado a sentir cuando las gemelas se fueron con Jungkook y ahora que ellas ya no estaban, se debilitaba más y más.

εξέλιξη [YoonMin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora