εξέλιξη [YoonMin]

Capítulo 11: Supervivencia

Supervivencia es el arte que nos enseña a sobrevivir en situaciones extremas o ante cualquier necesidad especial.
Es el conocimiento de los principios básicos de la vida al aire libre, preparándose siempre para lo inesperado.
La Supervivencia tiene un único fin: preservar la vida y asegurar la continuidad de la especie.

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De regreso en París, el jueves por la mañana, Ennik se miró al espejo y sonrió brevemente. Los ojos amarillos de Guillaume de Ridefort le dijeron que ya no estaba sola. Que jamás lo estaría.

«Vamos, querida mía», dijo la voz en su cabeza. Ella asintió. Se sentía pletórica.

Terminó de cepillar su rubio cabello y salió, sonriendo aún. Bajó lentamente las escaleras, observando divertida las señales que quedaban de los destrozos causados por la visita de Jungkook. Al descubrirlo, Yoongi se había puesto furioso y había traído a varios hombres para que reemplazaran los vidrios rotos y limpiaran la casa, pero muchos de sus preciados objetos habían quedado destruidos.

Jungkook seguía en el colegio, donde había acudido Jimin la noche anterior, preocupado por lo sucedido.

«No dejes que te afecte, Ennik.»

—Claro que no —susurró ella y se apresuró a entrar en la cocina, donde Yoongi preparaba el desayuno con humor sombrío. Apenas la vio, su expresión se suavizó un poco.

—Buenos días —dijo la muchacha y le dio un beso en la mejilla—. ¿Dónde está el profesor?

—No volvió del colegio anoche —respondió Yoongi, observándola atentamente. Ennik se veía tranquila, muy satisfecha consigo misma. Estaba distinta a como se había mostrado antes de partir a Inglaterra.

En cierto modo le complacía que ella se estuviera adaptando mejor a su nueva vida, pero a la vez sentía que allí había algo que se le estaba escapando. Había esperado que se mostrara asustada luego de su experiencia en Inglaterra, era lo lógico. Ella debería estar asustada, pero se había mostrado muy calmada en todo momento.

Demasiado calmada. Y ni siquiera se había mostrado inquieta por Jungkook.

— ¿Pasa algo? —preguntó Ennik. El hombre negó con la cabeza—. Me miras extraño… como si me estuvieras estudiando.

Yoongi esbozó la sonrisa culpable del maestro pillado en falta por el alumno. Él mismo había insistido innumerables veces en la importancia de la observación, y aunque Ennik era una buena estudiante del Zen, nunca antes había hecho gala de especiales poderes de observación. Hasta ese momento.

—Me preguntaba cómo tomaste lo que pasó en Inglaterra. No has dicho mucho sobre ello y me preocupa. Quiero que sepas que Jimin y yo estamos pendientes de lo que pueda ocurrirte, eres parte de nuestra familia. —Fue su sincera declaración.

«Su familia… sí, claro. Nunca te presentaron a la verdadera familia», dijo la voz en su cabeza, aludiendo a la Gestalt, y Ennik forzó una sonrisa.

—Descuida… Me siento perfectamente, y si algo me ocurriera, serás el primero en saberlo.

Yoongi la miró por unos breves instantes, con una leve inquietud que desechó después de un corto análisis. Luego, sirvió el desayuno.
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— ¿No vas a decirme nada de lo que ocurrió? —dijo Jimin en tono conciliador. Nadie le respondió.

El día anterior, luego de que descubrieran el destrozo causado por Jungkook en la mansión, habían recibido una llamada de Ethan Taylor, director del colegio, preocupado por el extraño comportamiento del muchacho.