Capítulo 24

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En la noche...

En la recámara de Daniel...

Daniel no paraba de pensar en Alma, en lo que había pasado hacia un rato y en los momentos íntimos con ella

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Daniel no paraba de pensar en Alma, en lo que había pasado hacia un rato y en los momentos íntimos con ella...

Daniel: Alma, te extraño junto a mi, sentir tu olor y no poder abrazarte, tocarte...mi Alma...

Daniel cerró sus ojos y se dejó llevar, comenzo a bajar su mano hasta llegar a su erección ya crecida por los pensamientos y comenzo a tocarse de arriba a abajo, una y otra vez pensando en las manos de Alma...

Daniel: Mi amor, te amo Alma, te amo...

Mordiendose los labios y sin parar de gemir movió su manos más y más rápido sintiendo que ya venia hasta que no pudo más...

Daniel: Aaaahh Almaaa!! Aaaahh...

En la recámara de Alma y Enrique...

Alma no podía sacarse a Daniel de la cabeza...

Enrique: Estas bien? Estuviste callada en la cena (acostándose a su lado).

Alma: Si, estoy bien.

Enrique: Entonces descansa (la abrazo).

Enrique aprovechó el momento y la beso más intenso...

Alma: En...Enrique sabes que no puedo.

Enrique: Si lo se, perdón pero al menos déjame besarte por favor, me encantan tus labios y tus besos, te prometo que sólo eso.

Enrique volvió a besarla y Alma recordó el momento con Daniel en el despacho y tomó a Enrique de la nuca y lo beso más intenso haciendo que sus lenguas se juntaran, lo beso con desesperación, ella le tomó la mano a Enrique y lo dirigió hacia la intimidad para que él la toque, metio su mano dentro de la ropa interior de Alma y sonrió entre el beso al notar que ya estaba húmeda, comenzó a tocarla, ella gimio y volvió a besarlo, Enrique metió un dedo dentro de ella y lo movio de adentro hacia afuera y Alma gemia más  y más entre los besos, él metió dos dedos moviendo la mano más rápido, Alma sentía como su orgasmo llegaba y movio sus caderas, él movio más y mas sus dedos hasta que ella no pudo más...

Alma: Aaaaahhh...Danieeeeellll!!!

Enrique: Que dijiste? (sacando su mano).

Alma: Eeh (agitada) Enrique, per...perdón.

Enrique: Y yo pensé que lo hacías pensando en mi, no lo olvidatse (levantándose y se metió al baño).

Alma: Ay Alma (con sus manos en la cabeza).

Minutos después Enrique salió de baño...

Alma: Enrique, perdoname por favor, hablemos.

Enrique: No hay nada que hablar Alma, de que que aún lo amas y será difícil sacartelo de la cabeza, es el padre de tu hija y lo verás siempre.

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