vii. más y más secretos

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DAÑO COLATERAL,
capitulo siete: más y más secretos!


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          ENCONTRAR A CHRIS REDFIELD ERA UN COMPLETO DOLOR EN EL TRASERO. No sólo porque el bastardo se movía rápido, sino porque ella no comprendía que era lo que estaba pasando actualmente en toda la mansión después de haber perdido la consciencia. Al recorrer el nuevo espacio, se encontró con un par de rompecabezas ya armados, como una especie de pileta con un gran camino que estaba sumergido y una serie de ascensores que se convertían en un maldito laberinto para ella. Sin embargo, al escuchar el ruido de disparos a lo lejos, ella decidió acelerar su paso hacia el origen del sonido y allí se encontró a su compañero, disparándole a unos monstruos gigantes con garras. Joy se había cruzado con uno de ellos antes y supuso que ese era el producto de una nueva mutación del virus que se encontraba allí. No fue algo tan difícil de deducir estando en las circunstancias actuales, pero Joy no podía sentirse más que aturdida al ver tales mutaciones ocurrir en aquellos mismos pasillos.

          Con tan solo pensarlo: siempre habría algo peor.

          (Siempre, y Joy se lo remarcaba muy bien en la cabeza.)

          Ver a Chris en una puta pieza le reconfortó, sabiendo que podría obtener más respuestas a sus preguntas y también podría joderle la vida al menos por un rato más. Ella sacó su escopeta y disparó en dirección a uno de ellos, atrayendo su atención y la de Redfield al verla de pie allí.

          —¡Ven aquí, asqueroso pejelagarto!—exclamó ella y se echó a correr hacia un lado.

          El gran monstruo chilló y fue directamente hacia ella, con clara intenciones de matarla, pero Joy no se rendiría tan fácil. Chris exclamó algo detrás que ella no pudo escuchar bien. La pelinegra miró hacia atrás, observando que el monstruo estaba a pocos metros persiguiéndola y que pronto daría un salto para acorralarla así que Joy se giró rápidamente, disparando una vez en el momento para abatirlo y se acercó para dispararle una segunda vez. El lagarto gigante mutado no se movió y ella le tiró un poco de queroseno para quemar su cuerpo. Redfield no tardó en aparecerse a su lado, con un gran mal humor que a la ex piloto le dieron ganas de borrar con un puñetazo.

          —Woah, Redfield, no te emociones demasiado por verme—dijo ella con sarcasmo, a punto de recargar la escopeta.

          —Lo tenía todo controlado.

          Joy colgó la escopeta en su espalda, bufando sarcásticamente—¿Ah, sí? No me digas.

          —Deberías estar descansando, no aquí.

          —Sí, Rebecca me dijo lo mismo y...—se encogió de hombros—. Heme aquí. ¿Pasó algo interesante en mi ausencia?

          —¿Es decir "durante todo el tiempo cuando no estabas molestándome"?

ENEMY ━━ Chris Redfield ¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora