La espera termina

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Pase los siguientes días pensando de noche y de día que significaba todo que Lin me había dicho, que significaba lo que me dijo Tenzin, que significaba eso para mí, en que me convertía para Tenzin?...

De pronto apareció, la figura del bisonte se apreciaba surcando los cielos, aproximandose a la isla, hacía mi. Me obligué a guardar la compostura, no podía parecer desesperada. Yo seguía molesta y él debía darme explicaciones. 

Oogi aterrizó cerca de donde estaba y tan pronto lo hizo, más acólitos nos rodearon, tomaron las maletas de Tenzin y comenzaron a bombardearlo con preguntas sobre su estado de salud, sobre Katara y sobre todo lo demás. En masa comenzaron a dirigirlo hacia el comedor. Él me dedicaba una sonrisa que pedía auxilio, yo mas bien una de compresión. Los acólitos no debían sospechar nada de lo que sucedía entre él y yo.- Realmente sucede algo?- me obligué a pensar y los seguí.

Ya en el comedor Tenzin nos platicó todo. Cómo fue que llegaron, cómo fue que atacaron, cómo fue que murió su tío Sokka... eso bajó mucho los ánimos ya que el jefe Sokka era realmente querido por todos los acólitos. Su muerte era dolorosa para todos, casi tanto como la del avatar Aang.

La noche comenzaba a caer, yo lo escuchaba con paciencia pero ahora quería ser yo la que hiciera las preguntas y no mis compañeros. Él se veía igual de desesperado por contestarme.

Poco a poco los acólitos fueron abandonando el lugar. Las historias de Tenzin habían terminado y los acólitos parecían querer ir a sus habitaciones en grupos para discutir todo el tema. Yo me limité a quedarme en mi lugar. Tenzin se acercó a mí.

-Estoy agotado, esas fueron demasiadas preguntas- dijo soltando un suspiro de cansancio.

-Lastima, yo tenía aun más por hacerte- contesté, y él abrió ligeramente los ojos y me dedicó una media sonrisa.

-Ah sí?... Como cuáles?- preguntó.

-Como por ejemplo... porque Lin Beifong vino a gritarme que le había arruinado la vida?... o...-antes de que pudiera terminar él me interrumpió con agresividad.

-Que hizo qué?!- dijo gritando, tal vez más de lo que deseaba porque ahora los acólitos que seguían a nuestro alrededor voltearon alarmados. Carraspeó la garganta he hizo unas señas con las manos como intentando calmar a todos.

-Que te parece si vamos afuera y me platicas?- dijo de nuevo con su voz pacífica.

Nos dirigimos afuera. Caminamos por la plaza y nos dirigimos a unos de los jardines de la isla en silencio. Nos detuvimos en una hermosa terraza que quedaba sobre un acantilado, abajo se escuchaban las olas del mar golpeando las rocas.

-Ella sea acercó a mi furiosa... dijo que le había arruinado la vida- comencé a contarle.

-No puedo creer que haya hecho eso, se suponía que habíamos hablado en paz- miraba al horizonte con una cara seria y con un rastro de vergüenza. - te lastimó?- negué rápido con la cabeza. -Bien- dijo.

-Por qué hizo eso?- pregunté extrañada. Él suspiro, casi como si agarrara valor para hablar.

-Cuando estábamos allá pasaron muchas cosas. Lin y yo siempre hemos sido un gran equipo, trabajamos en conjunto y las cosas funcionan. Pero algo pasó allá. Mientras peleaba no estaba preocupado por mí o por Lin... estaba preocupado por ti...- dijo y mis ojos se abrieron.

-Por mí? Por qué por mí?!- dije exaltada.

-No lo sé, tú estabas molesta conmigo o estás, no sé... no quería que mi vida acabara contigo molesta conmigo, así que me aseguré de salir con vida de ahí- dijo, una risita nerviosa y preocupada salió de mí.

-No debiste hacer eso- dije -o sea sí estaba molesta pero tu vida es más importante...- me quedé en silencio pensando en la situación-... de todas maneras... que tiene que ver eso con Lin y conmigo?- pregunté.

Él volteó a verme y me dedicó una pequeña sonrisa tímida.

-Lin se dio cuenta de que algo pasaba, yo no me había percatado pero en varias ocasiones había hablado con mi madre sobre ti. Un día antes de regresar solo explotó. Me dijo que por qué de la nada hablaba de ti como si te conociera de toda la vida, que por qué mi corazón se agitaba cuando eso sucedía, que por qué ahora sonreía con el simple hecho de escuchar tu nombre... Yo de verdad no lo sabía Pema, ni siquiera me había dado cuenta, no lo hacia a propósito solo estaba pasando y eso era todo... entonces ella se fue- explicó.

Yo sentí mi cara roja y di gracias a la vida que solo teníamos la luz de la luna y él no podía ver el color de mi cara.

-Entonces ella cree que... estas enamorado de mí?...- pregunté y el asintió ligera y detenidamente. -Pero por qué cree eso? Yo no soy nada al lado de ella, ella es digo... impresionante...- él me detuvo.

-Lo es Pema, lo es... pero... ella jamás me hará sentir lo que siento cuando te veo. De verdad extrañaba tu sonrisa, extrañaba tu cara , tu voz, extrañaba lo bien que se sentía llegar y buscarte para contarte lo que había hecho, quería venir corriendo porque necesitaba esa sensación- 

Él me miraba directo a los ojos, sin dudas en lo que decía, yo no me había percatado pero él ahora estaba sumamente cerca de mí recargado en la orilla de la terraza, de modo que había quedado casi a mi altura. Yo me había quedado helada.

-Pero entonces eso... significa que....- seguía perpleja.

-No sé que significa aún, pero lo que sea, me hace feliz- dijo y sonrío mostrando los dientes.  Yo estaba asombrada y quieta viéndolo a los ojos. De pronto y tan rápido como un parpadeo, él se lanzó sobre mí y me besó.

La sensación era justo como la imaginaba, cálida y suave. Sus labios eran una delicia. Su barba alargada me cosquilleaba la barbilla. Él se había parado frente a mí y yo frente a él de modo que tenía que pararme de puntitas para besarlo. Él me había rodeado con su brazo para sostenerme. El beso continuaba, nuestros labios y lenguas se acoplaban rápidamente al movimiento del otro. Yo esperaba que no acabara nunca ese momento tan mágico. De repente ese beso que comenzó tierno se transformó en algo más desesperado, se sentía como si hubiéramos esperado una eternidad para eso. Él seguía besándome sus manos habían comenzado a jugar con mi cuerpo, me tocaba la espalda, los brazos, el cuello y la cabeza, y de repente sin más, me cargó, haciendo que mis piernas rodearan su cuerpo, de ese modo él batallaba menos para besarme. Sentía sus manos sobre mis muslos y la respiración agitada. Definitivamente no me sentía como una niña pequeña y él tampoco.

-Para- dije con una voz firme, él se alejó para poder verme.

-Que pasa? Hice algo malo?- preguntó con una inmensa preocupación.

-No... no lo sé. No creo que esto sea correcto- dije, entonces él me bajó.- tú no sabes que sientes por mí, y yo no quiero ser una chica que solo te ayude a pasar el rato mientras estas peleado con Lin...-le di la espalda- a final de cuentas... siempre regresar con ella no?... por qué esta debería ser la excepción?- comencé a avanzar. 

Lo escuchar hablar pero no quise mirar atrás, no ahora que mis lagrimas corrían por mis mejillas. Después de avanzar unos pasos con rapidez, comencé a realmente correr hasta mi cuarto. Ya adentro exploté en llanto. 






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