La Profesora Umbridge se puso de pie.
-¡Potter no tiene ninguna oportunidad de convertirse en auror!
La Profesora McGonagall también se puso de pie y se elevó sobre la Profesora Umbridge.
-¡Potter, te ayudaré a convertirte en auror aunque sea lo último que haga! –declaró con finalidad –¡Aunque tenga que entrenarte cada noche, me aseguraré que logres los resultados requeridos!
-¡El Ministro de Magia nunca empleará a Harry Potter! –Umbridge sonaba furiosa.
-¡Posiblemente haya un Ministro nuevo cuando Potter esté listo para unírseles! –gritó la Profesora McGonagall.
-¡Ajá! –chilló la Profesora Umbridge, señalando con un dedo regordete a McGonagall –¡Por supuesto! ¡Quieres que Cornelius Fudge sea sustituido por Albus Dumbledore! Lo que quieres es mi puesto: ¡Secretaria Mayor del Ministro y Directora del colegio!
-Estás delirando –espetó McGonagall, desdeñosa –Potter, esto concluye nuestra orientación vocacional.
Harry tomó su mochila y salió corriendo del cuarto, sin atreverse a mirar a la Profesora Umbridge. Pudo escuchar como continuaba su discusión durante el camino de regreso al corredor.
Su mente era un revoltijo de pensamientos. Caminó tan rápido cómo pudo, de manera casi automática, sin fijarse por dónde iba.
Al dar vuelta en un pasillo, chocó con alguien.
Se apresuró a incorporarse y recoger las cosas de la otra persona, pero una fría mano lo detuvo.
-¿Cuál es la prisa, Potter?
Harry se quedó estático. Después del tiempo que había pasado con los Weasley y su padrino, casi había olvidado lo que pasó con Malfoy. Casi.
-Perdón, Malfoy. No te vi.-¿Te acabas de disculpar? –Draco sonaba sorprendido –Potter, mírame.
Harry alzó la mirada.El azabache se veía alterado, nervioso y perdido. No era una buena señal.
-¿Qué no puedes relajarte y descansar un solo día? –preguntó el rubio –Cuando no estás salvando al mundo, te encuentro llorando en un salón. Y si no, entonces estás en medio de un ataque de pánico. Tu vida debe ser exhaustiva, Potter.-Draco... -el chico seguía aturdido.
-¿Qué?
-McGonagall y Umbridge discutieron acerca de mi futuro.
-¿Tu futuro?
-Y creo que McGonagall acaba de prometer hacerme un auror. A como dé lugar.
Draco soltó una carcajada.
-Eso no puede ser muy difícil, –dijo Draco con su característico tono prepotente –apuesto a que sólo tienes que presentarte en el Ministerio para que te contraten.
Pero Harry no respondió. La discusión de las dos brujas seguía retumbando en sus oídos.
Draco lo miró por unos segundos y después apoyó una de sus largas manos en el muslo de Harry. El chico lo miró.
-Si quieres... –comenzó a ofrecer el rubio –yo te puedo hacer sentir mejor.
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Danzando en Fuego
FanficLo que originalmente empezó siendo un one-shot, pero acabo como una historia corta. El prólogo de la historia abarca el tercer y cuarto año de Harry en Hogwarts. La historia comienza en el quinto año. Dividido entre lo que quiere y su deseo de no...