Finale

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Harry entró corriendo a su cuarto y sacó el Mapa de los Merodeadores de su baúl.

No tenía tiempo que perder.


Buscó desesperadamente el nombre de Draco y, cuando lo encontró, sonrió.

Había pensado que le sería imposible encontrar al rubio sin ayuda del mapa, pero Draco estaba en el salón en dónde solía estar el espejo de Oesed.


El mismo salón donde se encontraron por primera vez a solas en quinto año.


Una sensación de esperanza lo inundó.

Aún tenía tiempo.

Aún podía arreglar las cosas.


Harry corrió al salón.


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Llegó y abrió de un portazo.

Draco gritó, asustado por el repentino estruendo.

-¡Maldita sea, Potter! ¿Acaso quieres matarme? –el rubio posó una mano en su pecho, intentando calmar los rápidos latidos de su corazón –¿O quieres que todo el castillo sepa dónde estás?

-¡Draco! –gritó Harry, ignorándolo –Fui un idiota.

Draco alzó una ceja, mirándolo con incredulidad.

-No, ¿en serio? –preguntó sarcásticamente –Dime algo nuevo.

-Quiero estar contigo y sólo contigo –soltó el azabache, silenciando a Draco -Quiero besarte frente a mis amigos sin tener que ocultarlo. Quiero que todos sepan que eres mío.

Draco abrió mucho los ojos, procesando todo lo que acababa de decirle Harry.

-Soy un idiota y no puedo creer que no me di cuenta antes, pero quiero ser tu idiota. Si es que aún me quieres aceptar –el azabache avanzó a zancadas y tomó a Draco por los hombros –Ya hablé con Ginny. Ahora sí quiero hacer las cosas bien. Ir paso por paso.

Draco lo miró sin parpadear.

-¿Puedo besarte? –preguntó. Cuando Draco asintió, Harry unió sus labios.

El cuerpo del rubio se relajó en el agarre del azabache y correspondió al beso, pasando sus manos por el suave cabello de Harry.

Harry lo pegó más a su cuerpo.


-Eres un idiota, Harry –dijo Draco, rodando los ojos, cuando se separaron. Después, sonrió como un idiota –Te amo.

Harry soltó una risita, sonando ridículamente feliz.

-También te amo, Draco.


Harry tomó la cara de Draco entre sus manos y pegó sus frentes, cerrando los ojos y disfrutando el momento.

Aún tenían que trabajar en muchas cosas, pero todo estaría bien. 

Danzando en FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora