Capitulo 14.

333 22 8
                                    

Estaba saliendo del gimnasio, cuando me llego un mensaje de Matt.

"¿Qué haces? :)"

Sonreí al ver la carita feliz en el texto, era algo que de alguna forma me parecía como si fuésemos adolescentes de nuevo, adolescentes en situaciones normales.

"De camino a casa ¿y tú?" Respondí.

No pasó ni un minuto cuando mi teléfono volvió a vibrar con un mensaje de él. De alguna manera eso me hacia sentir bien, como especial... Me lo imaginé en donde sea que estuviese dejando de hacer lo que sea que estuviese haciendo, solo por responderme. Basta de soñar niña ¡no te quiere!

"Eso no importa, te quiero lista a las 8, sin réplicas. Ponte sexy ;)."

"Como ordene mi comandante." Bromeé.

"Así me gusta, sumisa".

Me reí y me monte en el auto.

Estaba ya saliendo del estacionamiento cuando noté algo fuera de lo común. Un auto. Negro, con los vidrios polarizados impidiendo totalmente la visión hacia adentro. Lo que más me alarmó fue el hecho de que estaba encendido. Haciéndole caso a mi sentido común arranqué a toda velocidad del estacionamiento y como ya me lo esperaba, el auto arrancó también.

Aceleré todo lo que pude tomando la autopista. El camino contrario a mi casa. Para mi gran suerte habían pocos autos, aceleré aún más pasando los pocos autos que habían zigzagueando entre ellos , el auto negro hizo lo mismo, ya me sudaban las manos y tenía miedo de que perdiera el control del volante. Como pude tomé mi teléfono y llamé a mi padre, buzón de voz.

-¡MALDICIÓN!

Volví a mirar hacia atrás y no vi el auto, algún tipo de alivio invadió todo mi cuerpo haciendo que cada músculo se relajara, incluso solté una gran respiración que tenía contenida inconscientemente, pero esa bocanada de aire se quedo en el camino cuando vi que detrás de una camioneta blanca próxima a mi, salía el auto negro.

Lo miré por un corto tiempo por el retrovisor, pero el suficiente como para guardar la imagen mentalmente.

Volví a coger con fuerza el volante y probé toda la fuerza que mi auto estaba dispuesto a dar. El sol chocaba directamente con mis ojos haciéndolos llorar y dificultándome la vista de la autopista, ahora solo veía pequeñas manchas blancas a donde sea que mirara.

Tomé mi teléfono de vuelta ahora marcando a Matthew.

Un repique.

Joder había pasado una salida de la autopista.

Tres repiques.

El auto seguía acercándose, cada vez más cerca.

Cinco repiques.

La luz me impedía la vista.

Buzón de voz.

Gracias a mi falta de visión, no vi un pequeño auto azul que estaba en el carril a mi izquierda cuando trataba de pasar a uno que estaba frente a mi. Maniobré como pude el volante haciendo chirriar los neumáticos. Me limpié rápidamente el sudor de mis manos y mi frente y volví a llamar a Matt, estaba vez contestándome al primer repique.

-¿Ya tan rápido me e...

Se interrumpió al escuchar mi grito. No se como mierdas el carro se puso a mi lado, me alcanzó. Aceleré más aún, con mucho miedo de que por un fallo, un descuido, o cualquier cosa, perdiera el control del auto y chocara.

-¿Que pasa?

El parachoques del otro auto golpeó la parte trasera del mío, otro grito salió de mi boca.

Danger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora