Danger.

Capítulo 15.

—No puede ser enserio. —Digo atónita— ¿Cómo hiciste esto?

Volteo a ver a Matt quien luce una gran sonrisa de suficiencia en su rostro.

—Tengo mis contactos. -Dice orgulloso.

Sigo observando el lugar con la boca abierta. Cuando llegamos al restaurante me pareció muy extraño que no hubiese ni un solo auto aparcado afuera pues es un lugar de gran prestigio en la ciudad y usualmente está repleto de gente pero a decir verdad no le preste mucha atención. Ahora ya tenía respuesta para eso... El lugar estaba completamente vacío. En la entrada un mesero nos quitó los abrigos y nos guió al interior que fue donde quede perpleja. Un camino de rosas nos dirigía a una mesa, la única mesa que había, que se ubicaba en todo el centro del local y sobre ella una gran lámpara de cristales guindaba desde el techo, siendo la única fuente de iluminación le daba al lugar un aspecto más romántico y privado.

Caminamos sobre los pétalos de rosas hasta llegar a la mesa donde Matt retira la silla para que me siente con un gesto cómico y exagerado.

—Milady...

—Qué caballero.

—Para una hermosa dama como tú, siempre.-Dice con un acento inglés y yo me río.

—No puedo creerlo, en serio, Matt. Esto es increíble. Ni siquiera sé que decir...-Mi corazón late a mil por hora y no lo culpo ¡ÉL RESERVÓ TODO ESTO SOLO PARA LOS DOS!

—No digas nada. —Me sonríe, esa sonrisa tan linda que me encanta, la sonrisa que me tranquiliza aún cuando estoy a un segundo de que se me pare el corazón. —Te hubiese llevado al cine, ya sabes los asiento de atrás, salir sin saber de qué era la peli.-Matt sube y baja las cejas divertido y yo le tiro una servilleta en la cara-

— ¡PERVERTIDO!

—Nada de eso, soy original.

—Engreído.

— ¿No hay algún adjetivo lindo que tengas para mí?

"Si supieras muchacho" Pienso. Lindo, sexy, romántico, divertido, perfecto, tierno, atento... Hay tantos...

Escucho la risa de Matt.

—Me tomare eso como un sí.

—No... Solo estaba pensando en...

—En...

No puedo más y me río.

—Tal vez si tenga algunos lindos para ti.

En ese momento llega el mismo mesero que nos atendió hace un rato y nos extiende la carta. Le echo un ojo a todos los platos y no entiendo nada a decir verdad, miro a Matt y por lo que veo está en el mismo problema.

—Psss psss.–Lo llamo y el inmediatamente me mira sobre la carta.

—Yo tampoco entiendo nada, todo está en italiano...

—Es portugués señor.—Dice el mesero sobresaltándonos a los dos. ¡¿Seguía aquí?!

El mesero se dedica a explicarnos plato por plato y todos lucen demasiado extravagantes, al final nos decidimos por algo que era pasta con un montón de cosas que ninguno de los dos entendió pero tenía nombre lindo. Cuando se retira los dos nos miramos y nos reímos.

—Estoy pensando que la idea del cine tal vez era buena.–Le digo

—Bueno tú me dices, nos vamos inmediatamente para allá, la última fila nos espera.–Hace como si se fuera a parar de la silla y yo me río.