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Ya era común que, aquellos días en la ciudad, comenzaran de forma cálida, con los rayos del sol mostrándose en todo su esplendor. Esto cambió cuando despertaron con mucho frío.

La noche anterior, Hwitaek y Wooseok se encontraban trabajando en el estudio del mayor. Ya era algo tarde, por lo que decidieron ir a dormir. Un par de minutos después, un mensaje llegó a su celular. Era Christopher, que le escribía para pedirle que se encontraran en una compañía en la que sólo habían estado un par de veces, y los citaba a las 6:00 am.

La hora en la que siempre se reunían estaba de entre 8:00 a 10:00 am.

Casi eran las 4:00 am y acababa de darle ese aviso. Ya algo cansado, tuvo que buscar al menor a su habitación para informarle sobre esto. Para la mañana siguiente, fueron juntos, con evidente cansancio y frío, hacia la compañía.

Lo primero que se podía apreciar en el edificio, era la sala de espera, la cual era casi tan grande como la sala de juntas de su agencia. Las paredes estaban llenas de cuadros, y también tenían un par de ventanas que mostraban el bonito jardín que se situaba del otro lado. La iluminación era perfecta, y en cierta parte les sorprendía que la sala de espera tuviera todos esos detalles.

Del lado derecho, podían ver una puerta de doble hoja con grandes cristales que no les permitían ver por dentro; cerca de ella, estaba un sofá de gran tamaño. Hwitaek fue a tomar asiento.

Cerró los ojos. —¿Tenemos que entrar o debemos esperar aquí?

—En ningún momento mencionó que lo busquemos —respondió mientras se dedicaba a observar las pinturas con detalle—, así que debemos esperar aquí.

—Genial —musitó. Se acomodó sobre el sofá, subiendo los pies en él y tomando uno de los cojines para poder recargar la cabeza—. Necesito dormir, y no me importa si sólo son cinco minutos, pero lo haré.

No estaba esperando una respuesta. Mantenía los ojos cerrados, y no lo hacía para quedarse dormido; sólo iba a descansar.

El sofá se movió. Entreabrió los ojos con algo de pesadez. Wooseok había tomado asiento en el otro extremo del sofá. Recargó la cabeza sobre la pared y pudo notar que también cerró los ojos.

—Wooseok-ah —lo llamó. El otro dejó escapar un bostezo y después volteó hacia su dirección—. Ven.

Al principio lo miró extrañado ―y con un rostro de cansancio, lo que no era muy relevante― y Hui tuvo que repetir sus palabras, con la diferencia de que se levantó para hacerle señas intentando decir que se acercara.

—Ya entendí —dijo el pelinegro—. ¿No sería mejor si yo me acuesto primero y después tú? Así estarás más cómodo.

—Da lo mismo. Además, eres casi tan pesado como una pluma —no podía abrir los ojos por completo—. Simplemente, ven.

Volvió a acostarse. Wooseok no pronunció otra palabra e hizo como su hyung le indicó. Mientras los dos se acomodaban sobre el sofá, Hui se acomodó sobre su cojín, a la vez que el menor recargaba la cabeza sobre su pecho.

Se sentía consternado al estar pensando en si podría estar aplastando el cuerpo de Hwitaek. No escuchó ninguna queja, y sólo hasta ese momento estuvo más relajado.

Luego de que ambos se recostaron, no volvieron a hablar. Wooseok escuchaba las respiraciones tranquilas de Hui. Levantó levemente la cabeza para verlo y sólo alcanzaba a observar que volvió a cerrar los ojos.

Dejó escapar otro bostezo y decidió cerrar los ojos de igual forma.



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SUNRISE | Pentagon [J.W.S. x L.H.T.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora