• Castillo de Cristal • [EUNHAE]

4.

Posiblemente nunca había tenido un momento tan feliz como este en mi vida, Hyuk era la persona más graciosa que conocía, razón por la cual no me había percatado de las 15 llamadas perdidas que tenía de mi padre, para este momento talvez ya estaría esperándome en la puerta de mi casa con el cinto en mano

–¿Que te pasa?

–Nada, es solo que es tarde y debo volver a casa

–Por eso no te preocupes, te llevo

–No, está bien puedo volver solo

–De que hablas, puedo llevarte en la moto además ya se esta haciendo noche puede ser peligroso– era cierto pero no podía arriesgarme a que papá me viera llegando con él

–No, está bien puedo volver por mi propia cuenta

–Tonterias Hae te llevo a tu casa y fin

Despues de casi 30 minutos insistiendo finalmente acepté, solamente esperaba que mi padre no nos viera llegar juntos de lo contrario seria mi fin. Finalmente pagamos la comida, cuando salimos hacia mucho frío así que Hyuk me presto su chaqueta, no pude negarme pues solo la puso en mis hombros sin aviso, nos subimos a la moto y puse mis brazos alrededor de su cintura para no caer, comenze a darle indicaciones de como llegar a mi casa, cuando finalmente llegamos tenía una mezcla de sensaciones, por una parte no quería que se fuera y por otra tenía miedo que mi padre lo viera y pensara mal

–Muchas gracias Hyuk

–Gracias a ti por el recorrido, hoy fue un día en el que gané muchas cosas

–A si ¿Como qué?

–Bueno tuve una comida deliciosa contigo, obtuve el número de teléfono de un chico precioso y descubrí donde vive mi futuro esposo

–Eres un tonto Hyuk, anda ya vete es muy tarde y es peligroso que andes por ahí

–Sabes te ves tan bonito cuando te sonrojas– dijo tocando mi mejilla, lo que intensificó más el rubor de mi rostro

–Ya-a me te-engo que-e ir

–No vemos mañana en el colegio cariño

No podía verme a un espejo pero sabía que estaba sonriendo como una colegiala enamorada, vi como Hyuk se alejaba por la calle y finalmente cuando lo perdí de vista tome el valor para entrar a mi casa

–¿Donde estabas?

–Ahhh fui a hacer un trabajo de la escuela

–¡MIENTES! dime quién es ese hijo de puta con el que venías– mi padre me tomó del brazo y comenzó a jalonearme

–Solo es un compañero de la escuela

–¡Claro y yo soy un tonto, acaso le estás abriendo las piernas!

–Ya te dije que solo es un compañero

–Y porque te sonrojas cuando te acaricia y sonríes como si fueras un idiota ¡Eh, dime Donghae es lo que pienso, eres marica!

–Papá me lastimas– sentía que mi garganta se cerraba, las lágrimas comenzaron a salir sin permiso

–¡DEJA DE LLORAR DONGHAE!

–¡Ya basta lo lastimas!

–Tu cierra la boca mujer, no ves que tu hijito nos salió un jodido marica

–Ya te dijo que solo es un compañero de la escuela– gracias a que mi madre interfirió alfin me soltó, probablemente mañana tendría un moretón en ese lugar