Se veía hermosa, en aquella roca en la cual simulaba un escenario, su linda voz contando una de sus magníficas historias.
La describo como la chica perfecta, la que sale del libro, mi princesa Cordelia.Decir que nos habíamos hecho muy cercanos era demasiado para mí, yo estaba y permanezco enamorado de ella pero no tenía ni idea de lo que Anne sentía sobre mí, quería saberlo antes de darme cuenta que había cometido una estupidez con Winifred Rose y su familia.
Una vez que pude quitarle los ojos a aquella hermosa chica, noté que todos estaban bastante alegres, uno que otro soñoliento y con tres botellas de cristal en el suelo, bailaban y cantaban como si fuese una fiesta importante, sin embargo, lo era, habían terminado ese último año de escuela, sus exámenes de admisión a Queen's ya estaban hechos y era de las últimas veces que estarían completamente juntos.
–Gilbert... ¿Podemos hablar?– no había notado cuando ella decidió dar el primer paso, yo me acerqué a dónde estaba y le ofrecí mi mano.
–Con gusto hablaré contigo– le dediqué de mis mejores sonrisas y la ayudé a bajar, noté el ligero aroma a alcohol y como si su cuerpo hubiese sido delatado, ella casi resbala de la roca en la que estaba montada, la sostuve con delicadeza pero con fuerza para protegerla y llevarla a casa.
–¿Lista para irnos, Carrots?– Ella rió por el apodo, ¡Era la primera vez que no intentaba golpearme cuando le decía así!, Respiré hondo y la ví con ternura.
– Solo debo despedirme de Diana y recoger mis cosas, espérame aquí, Gil– dijo antes de besar mi mejilla e irse a despedir.
– N-no puedo creerlo, debo de estar soñando– susurré para mí mismo mientras tocaba el rastro de su beso.
Íbamos a mitad del camino, ella estaba algo ebria y por ningún motivo quería que tuviese problemas con Marilla, no ahora; ella carraspeó y me sacó de mis pensamientos.
–La luna llena es hermosa, El señor conejo debe estar muy solo allá... si algún día descubrimos cómo ir a la Luna, tendré que ser la primera, quiero rescatarlo y llevarlo a la granja– Me miró con ilusión y mi corazón no pudo con tanta ternura, la Anne ebria me divertía pero al mismo tiempo, resaltaba más ese aire despreocupado y su imaginación funcionaba con normalidad.
–Si algún día pasa, estaré ahí para ayudarte a cuidarlo, solo si es que quieres que yo participe– sonreí mientras la miraba, respiré hondo nuevamente y me armé de valor para lo que iba a hacer – Anne... ¿Podrías regalarme algunos minutos de tu tiempo?, Necesito decirte algo y además... Marilla y Matthew te castigarán si ven que sigues así, déjame acompañarte a casa–
Anne me miró tratando de encontrar la verdadera razón, sus ojos azules siempre evaluaban todo en un segundo, sus mejillas estaban rosadas, no sabía con exactitud si era por el alcohol o porque no esperaba que le dijera eso, ella asintió pero antes de eso, miró hacía abajo y tomó mi mano, mi corazón palpitaba con fuerza y sus manos estaban temblando un poco, tomé ambas manos con las mías y reí un poco.
–Anne... Pensé que estaba haciendo lo “correcto”; el irme a la Sorbona en París mientras también trataba de ejercer mi papel como esposo, esposo de Winifred...– ella se tensó un poco más y solté una de sus manos para acariciar su mejilla – la verdad es que... No lo es, la escogería a ella por cumplir mi sueño y aprendería a amarla en el proceso pero así no funcionan las cosas– sonreí y bajé la mirada, el nerviosismo se apoderaba de mí en segundos y mi rostro lo reflejaba, mis tics nerviosos en mis mejillas y mis cejas no dejaban de moverse.
–Lo comprendo, estarás bien con ella, solo dense el tiempo para convivir más y serán un matrimonio... Perfecto– ella soltó con un aire de preocupación, me dejó un vacío en el interior pero no tuve palabras para responderle, sin embargo, ella retomó las palabras – Gilbert Blythe... No te cases con ella solo por tener un gran puesto como doctor, eres un gran alumno, eres una gran persona... No te cases porque no quiero que duela verte en la iglesia junto a ella, dándose el sí acepto al amor de tu vida y... Que no sea yo– su voz tembló y sus manos dejaron de apretar las mías, yo seguí acariciando su mejilla e hice que me mirara – Gilbert, por más que quiera odiarte no puedo hacerlo, tal vez al principio pero, eres mi amigo, casi mi familia; solo no puedo dejar de pensar en tí como alguien que quiero que me note en un cuarto lleno de gente, que sea la única persona con la que tú quieras bailar– juntamos nuestras frentes como si ellas se atrajeran solas, ese magnetismo de cariño estaba presente, al fin pude argumentar algo.
–Anne, la razón por la que no la escogí a ella fué porque no eras tú, no podía mentirme ni mentirle a ella, no era justo para ambos y... Lamento tanto el hacer tantas cosas horribles para tu corazón como fué el traerla a la feria con toda su familia o el no poner una nota sobre tí en la cartelera, sabiendo que tú la esperabas de alguna manera– besé su frente– Mi Anne con una E, estoy enamorado de tí desde que golpeaste mi cabeza con tu pizarra, no sabía con exactitud si tú gustabas de mí, por algo pensé que el alejarme era buena opción, solo que, todos los caminos me llevan de vuelta a Avonlea, junto a tí–
–Gil... Yo también estoy enamorada de tí, desde que te mandé aquella carta donde te decía sobre el oro... Creo que desde que tú padre..., Yo no soportaba verte triste, yo te quería y no podía verte así, cuando fuí a tu casa para arreglar las cosas, ya no estabas y justo ahí perdí mis esperanzas de poder entendernos como lo estamos haciendo ahora– ambos reímos y yo solo quise abrazarla.
Comenzamos a bailar bajo la luz de la luna, entre risas y muchas más confesiones, entre abrazos y caricias respetuosas, ahí donde la naturaleza sintió nuestro amor mutuo, donde nos confesamos y el lugar donde empezaba algo para siempre
Anne Shirley Cuthbert, era mi camino correcto y mi futuro al mismo tiempo.
Llegamos a Green Gables, ambos nos mirábamos y nuestras bobas sonrisas nos delataban, no quería decirle adiós ahora que sabía lo que sentimos, pero era exagerado porque teníamos tres semanas más y yo quería aprovechar cada segundo junto a ella.
–¿Nos vemos mañana?– dijimos al mismo tiempo para luego soltar una carcajada, no pude evitar ese impulso de tenerla cerca y la abracé, besé su mejilla y asentí –Mañana nos veremos y quisiera hablar con los señores Cuthbert para pedir su consentimiento y cortejar a su hermosa Anne–
–Con gusto te recibirán, estaré feliz de verte tan pronto – ella igual besó mi mejilla y nos abrazamos con fuerza antes de que ella se alejara y entrará a su hogar.
Salté de la emoción y bailé de felicidad como Sebastian me había enseñado, corrí a casa para contarle a mi amigo lo ocurrido y sin duda alguna, lo mejor estaba por comenzar.
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Holi, espero les haya gustado está primera historia, no sabía que me llevaría tanto escribir una escena tan corta en mi mente, sin duda alguna disfruté esto.Gracias por leer
Nos vemos luego lectoresMoonbianks ❤️
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Chances [AWAE One shots]
FanfictionConjunto de pequeñas historias que mi mente, corazón y ojos desearían poder visto en la serie, un poco de drama, romance, tristeza y amistad. Existen varias perspectivas y varias oportunidades para desarrollar una sola historia ¿Será capaz de leer...