"Asfixia"

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"Querida libreta, hoja...o lo que sea que seas. Oficialmente toque fondo, otra vez, o tal vez no.

     A veces lo pienso y espero pacientemente. Espero las respuestas que algún viejo viento traiga consigo. El punto es...

     Encerrada, así es como me siento, las palabras se atoran en mis pensamientos y nunca ven la luz.

     Se siente así. Porque nada sale de esta prisión que tiene mi nombre grabado, de todas formas a nadie mas le importarían ideas y pensamientos condenados a cadena perpetua. Nada aclara, lo profundo de los problemas me ahogan. Olvide cómo salir del fondo, olvidé cómo gritar y detener por un momento mis emociones.

     Pero, ¿A quién le importa un río que siempre va cuesta arriba?, ¿Una cascada de agua tan pesada como el plomo y tan cristalina como las lágrimas?

     Fenómeno que nunca se detiene. Aunque me burle, aunque me ría, aunque grite no puedo dejar de arrancar estas paginas, este libro cada día se queda mas y mas sin hojas, no tiene sentido seguir escribiendo sobre el, pero lo hago porque quiero escribir y luego romper esa maldita hoja, hacer de cuenta que con eso puedo borrar mi situación y seguir haciendo como si nada pasara, esperando relajadamente a que otro nuevo problema surja para hacer el mismo ritual.

     Pero ya me cansé, me harté de siempre el mismo procedimiento, este libro de tormentos me pide de una vez que lo queme o lo deje olvidado, pero es que no puedo hacer ninguna de las dos opciones, no puedo, ¿Cómo carajos voy a quemar esa letra desalineada y dejar olvidada esa portada tan vieja?

     Imaginar tanto me secó la creatividad. ¿Hablar?, parezco muda. ¿Escuchar?, estoy sorda. Observar...me quedé ciega. No hay manera de romper esta cadena de desgracias mínimas que me gusta repasar e idolatrar con mis llantos.

   Experimentar los distintos sonidos huecos que produce mi almohada cuando mis pensamientos chocan con ella en un intento por salir de mi cabeza ya no me parecen extraños. Necesito que alguien me escuche, que no diga ni una sola palabra, ni de aliento siquiera, nada. Solo necesito esa sensación de que tengo a alguien en frente, solo eso y podré sentir que se abre el entendimiento de que mis palabras se irán y regresaran con un nuevo tono oscuro.

     No reniego ni huyo de mi soledad, única compañera que necesito para darme cuenta de que soy una cárcel a punto de hundirse en la superficie mas lisa de mis remordimientos banales. La acepto, la amo, la abrazo, porque sin ella no musito mis agallas, sin ella no soy capaz de sintonizar con el entorno tan vacío que me rodea, sin ella sencillamente no me doy cuenta de que estoy loca por querer una presencia muda sin ton ni son.

     Identificar mi pesar no lo hace mas llevadero, solo me hace abrir los ojos al hecho de que no puedo abrir los ojos de mi alma, ¿De qué vale parecer despierta todos los días si por dentro no he abierto mis ojos ni una sola vez?

     No busco sorprender ni impresionar, simplemente quiero entender cómo he llegado a aquí, no a las razones de mis problemas sino al lugar en el que estoy sentada ahora, disfrutando de una difícil conversación en mi cabeza conmigo misma y con aquello que creo que me escucha. Una vez mas, estas palabras no saldrán de mi cabeza ni verán ningún rayo de luz.

     Arrinconar locura con paciencia, insomnio, soledad con el eco de las paredes, lágrimas atoradas en mis pestañas...

Una asfixia escrita sin perder el oxígeno por pronunciarla.

Bueno, aquí salio otra hoja, mas de lo mismo. ¿Guardo esta libreta ya o...?

...a la mierda, ya prendí el maldito yesquero."

En Placer de la MonotoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora