Capítulo 1

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Norah Evans

Otro día de mierda viviendo una rutina de mierda, todo parecía tan gris y vacío, sonará cliché pero se sentía así desde que había terminado su relación con el superintendente.

Ya había pasado un mes desde la ruptura y no habían indicios de una reconciliación, días después de la pelea quedaron para hablar pero las cosas no salieron como la rubia esperaba

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Nora estaba llegando al restaurante en el que había quedado con Jack, hace unos días habían discutido por la lejanía y descuido del mayor, y la cosa acabó con Norah terminando con el.

Esta mañana el la había contactado para invitarla a cenar y así hablar de lo ocurrido.

Norah entró al restaurante y se dirigió al joven de la entrada.

Hola, buenas noches, bienvenida ¿Tiene usted una reservación?— le preguntó el mesonero.

Hola, si, a nombre de Jack Conway.— respondió nerviosa.

Por su puesto, sígame.— le dijo el chico mientras se dirigía hacia el interior del restaurante, era un sitio lujoso y elegante, muy al estilo de Jack.

Y en efecto, ahí estaba el con su traje tan característico luciendo increíblemente guapo, y es que aún después de tanto tiempo el seguía produciéndole las mismas mariposas que al inicio.

El camarero la dejó en su mesa diciendo que vendría en 5 minutos a tomar su orden, ella se sentó en la silla frente a el

Hola.— habló nerviosa la chica ¿Todo bien? preguntó.

Ehh hola, si todo bien dentro de lo que se puede.— habló incómodo el mayor.

Vale vale.— dijo Nora mirando hacia el lado, de repente se formó un silencio incómodo en el que ambos se esquivaban las miradas.

Ella estaba confundida pues esperaba que el se disculpara y arreglaran la situación.

Verás.— se aclaró la garganta Jack Eh, si te invité aquí hoy es porque tenemos que hablar de lo que pasó el otro día.

Ella asintió dándole a entender que continuara.

En mi situación actual y visto todo lo que está pasando en la ciudad y en la comisaría, yo creo que lo mejor será darnos un tiempo.— soltó de una el superintendente.

¿Cómo?esto era increíble, ella jurando que iban a solucionarlo y el le pedía un tiempo.

Vale, si, ella estaba enfadada, pero es que el había olvidado su aniversario, y si había pensado en terminarle pero luego descartó la idea, lo que dijo fue producto del calor del momento, ella lo amaba y no quería apartarse de el.

Eh si, escúchame por favor.— le tomó de las manos El trabajo me está consumiendo y no creo que en este momento me pueda entregar por completo a una relación y siendo honestos entre tu y yo las cosas no iban como antes.

—Jack, yo...— habló con voz temblorosa mientras lágrimas corrían por su cara —Yo pensé que estábamos bien, yo pensé que tu me amabas.

—Norah, es lo mejor para los dos, yo ya...— titubeó.—Yo ya no siento los mismo.

Y ese fue el golpe que desestabilizó a la rubia, con el corazón roto, le soltó las manos y sin decir nada salió del restaurante, Conway se quedó atónito, esperaba gritos, insultos, cualquier cosa menos eso.
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Desde ese día la rubia vivía en automático, se sentía triste y atrapada en una rutina sin sentido, quería evitar al mayor a toda costa por lo que siempre que la policía solicitaba apoyo médico mandaba a otros, y si venían al hospital ella se encerraba en su despacho hasta que se fueran, verlo solo le dolería más.

Sus amigos y compañeros siempre estaban ahí, tratando de animarla y brindándole su apoyo, pero no ayudaba en nada que fuera la comidilla de la ciudad, todos comentaban que el superintendente y su novia, la directora del hospital, habían terminado, así que era común recibir miradas de pena y compasión.

Eso le enojaba a más no poder, detestaba ser tan transparente y que todo el mundo pudiera ver lo destrozada que estaba. Sus ojeras eran notorias puesto que no dormía bien y el aura alrededor de ella era triste y melancólica.

Él por su parte no estaba mucho mejor, se la pasaba enojado todo el día, su mal humor había incrementado y los agentes de la malla eran testigos de ello, en comisaría llovían gritos y porrazos a montones, y los que realmente conocían lo que había pasó en ese restaurante no dejaban de preguntarse el por que del estado de ánimo del superintendente, porque si, las rupturas duelen, pero a fin de. cuentas fue él el que le terminó a ella.

Lo que no sabían era que Conway se hallaba en una montaña rusa de emociones, hace meses se había dado cuenta que sus sentimientos por la chica eran más grandes de lo que pensaba, y eso lo asustó, le aterraba volver a sentir algo por alguien y perderla, por eso se aisló tanto en su trabajo alejándose cada vez más de la rubia.

Y eso era lo que más le jodía, no tener los huevos suficientes para afrontar sus sentimientos, dejando que la cobardía y el miedo le ganen.

Ex-Novio || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora