Parte del tejido fetal salió de su útero, parte quedó dentro, por ello fue necesario que le realizaran un procedimiento de aspiración con una máquina de succión. Aborto espontáneo incompleto, fue lo que el médico que le atendió de emergencia le explicó había sufrido; la razón de su pérdida, hasta ese momento le era desconocida, y honestamente, Win apenas le habría puesto atención después de escuchar la palabra aborto en su oración. Lo único que ocupaba su cabeza, era el hecho de que su bebé había muerto.
Pear llegaría en cualquier momento, mientras, esperaba que le administraran antibióticos para disminuir el riesgo de una infección y que le dieran los medicamentos que le ayudarían a que su útero se contrajera y se redujera el sangrado. No recordaba otra etapa de su vida en que se haya sentido tan solo. Ni familia, ni amigos, ni Bright. Estaba completamente solo en el mundo, y la existencia de su pequeño le había hecho olvidar —durante las veinte semanas que lo tuvo— que no tenía a nadie, que bien podría desaparecer de la faz de la tierra y ni una sola alma notaría su ausencia.
Aquel pensamiento no hizo más que sumirlo en la tristeza y la carencia de esperanza. No tenía caso seguir allí.
—Win... —La voz de la beta, de aquella enfermera que conocía muy poco, y que al parecer en ese momento era lo único que obtendría, le hizo encogerse en la camilla—. Win, en verdad lo lamento —dijo acercándose y rozando con la punta de los dedos su hombro en un acto de consuelo, pero que en realidad sabía no lograría mucho.
Con ambas manos sobre su vientre, cerró los ojos y permitió que las lágrimas —que parecían nunca dejarían de cesar— fluyeran sin esfuerzo empapando sus mejillas frías.
La enfermera lo abrazó por el cuello.
—Lo siento, lo siento, Win —musitó sintiéndose culpable, porque ella había notado que la ausencia del alfa le había causado estragos, pero lo descuidó creyendo que al no estar vinculados, su bebé no necesitaría de Vachirawit, al menos, no tanto como Gulf.
Sin embargo, se había equivocado horriblemente.
El omega estiró los brazos y correspondió el contacto, tan hambriento por una muestra de afecto, por el calor, por una voz —cualquiera, ya no le importaba— que le asegurara que todo estaría bien, que era una pesadilla, que pronto despertaría y su bebé estaría ahí, dentro de él, impaciente por salir, por nacer y ser amado, ansioso porque lo tomara en brazos y besara su pequeño rostro.
Después de unos minutos la chica lo empujó con suavidad para ir por los medicamentos restantes y pagar los gastos médicos. Le dejó un cambio de ropa limpia sobre la camilla, aún debía permanecer en reposo, pero para no cargar todo el camino lo que había traído para Metawin, optó por dejarlo con él.
Se apresuró porque no deseaba dejarlo ni un segundo más del necesario solo, sentía su dolor, ya que le había visto añorar a aquel bebé, casi como si todo el tiempo que estuvo con los Chivaaree existiera solo por él, respirara solo por el hecho de aquella criatura que llevaba en el vientre. Le preocupaba las consecuencias de la pérdida, temía que entrara en un estado de depresión mayor, que no se cuidara como debía y que sacarlo de su dolor fuese imposible.
Tamborileó los dedos contra la mesa de recepción impaciente, y cuando le dijeron que la cuenta estaba en orden, casi corrió a la sala donde se encontraba Win.
Al empujar la puerta donde recordaba lo dejó, le sorprendió haberse equivocado, estaba segura de no haber olvidado el número y comprobó por una segunda vez la placa de metal colgada junto a la entrada, solo por si se había confundido por las prisas.
Debía ser un error.
Regresó a recepción para preguntar por el paciente Win Metawin y la respuesta fue el número de sala que antes revisó.
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Éramos indestructibles
Fiksi PenggemarAl borde de la desesperación, Win decide acudir a una agencia que busca omegas gestantes como él. Por otro lado, el alfa Bright y su pareja Gulf, no consiguen tener un bebé, entonces recurren a "Dreams Conceptions" y después de interminables trámit...