𝓣𝓻𝓪𝓽𝓸 𝓱𝓮𝓬𝓱𝓸

2 0 0
                                    

El semblante de Owen pasó de la indiferencia a la sorpresa y la confusión, y luego, de nuevo, a la indiferencia en cuanto le propusé lo de fingir ser novios.

Me miró de arriba a abajo.

—Lo siento no eres mi tipo.

¡Boom! Me estaba rechazando abiertamente. Mi corazón se rompió en pedacitos pequeñitos. Los recogí poco a poco del suelo y traté de que no se me notara dolida.

—Bueno, no te estoy diciendo que seamos novios de verdad, solo te estoy pidiendo que lo finjamos.

Dio una última calada a su cigarrillo antes de echarlo al suelo y pisarlo.

—No me estás entendiendo. No eres mi tipo. Eres rubia de ojos claros, y a mí me gustan las morenas de ojos oscuros. Nadie se creería que seamos novios de verdad.

Touché. Tenía razón. Le gustaban más las morenas y por eso, sus parejas habían sido morenas de ojos oscuros.

—Podemos hacer que lo crean.

Me miró enarcando una ceja.

—¿En serio?— preguntó de forma burlesca.— ¿Qué? ¿Qué les vamos a decir? ¿Que ya me gustan las rubias después de hablar contigo en el parking del insti?

Me molestaba su sarcasmo.

—No, pero podemos inventarnos algo creíble.

—Algo creíble — repitió mis últimas palabras moviendo la cabeza.— ¿Como qué?

Me miraba con los brazos cruzados y las cejas enarcadas. Tenía una ligera sonrisa torcida en los labios. Probablemente se estaría riendo de mí.

—Pues... que nos empezamos a gustar desde hace tiempo, pero que con estabas con Becca, no dimos pie a esto.

Cuando mencioné a Becca se puso serio y apretó la mandíbula.

—No voy a soltar esta mierda— me dijo dando una calada a su cigarrillo. Seguía con la mandíbula apretada.

Le miré por el rabillo del ojo.

—Bueno, podemos decir que nos empezamos a gustar hace unos días. No sé. Algo que sea convincente.

—Y ¿por qué crees que te ayudaré con esta mierda? Puedes pedírselo a cualquiera de nuestro curso o, incluso, a chicos de cursos inferiores. No es un secreto que tienes muchos admiradores y cualquiera estaría orgulloso de ser tu pareja, aunque fuera de mentira.

Tenía razón. Tenía admirados por doquier. Incluso, tenía admiradores en séptimo curso, pero no me interesaban.

—Es complicado — le dije apartando la mirada.

—¿Por qué es complicado pedirle a alguien que finja ser tu pareja si ya está enamorado de ti?

Porque quiero fingir esto contigo, idiota.

—Porque tiene que parecer real.

—¿Y yo te parecí el candidato correcto? ¿Por qué?

Ummm... porque estoy enamorada de ti, ¿quizás?

Porque eres el único con el que, si finjo esto, hará que Mike no se dé cuenta de que es una farsa.

—Espera. ¿Esto es por Mike?— preguntó desconcertado e interesado.

Asentí con la cabeza.

—Bien, acepto.

Abrí los ojos como platos y la boca también. Ni siquiera me había pedido nada a cambio. Aceptó así sin más.

Rubia, pero no tontaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora