Capítulo 1

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Cómo siempre mi madre tuvo razón de nuevo, la voy a contradecir y haré lo que me venga en gana, sinceramente a estas alturas creo que debo pedirle menos permiso con lo que debo hacer con mi vida aunque una parte de mí se sienta muy culpable por eso.

Tener frente a mí los cinco sobres con cinco respuestas diferentes y tan solo tres opciones hace que mi cabeza de vueltas y quiera entrar en pánico al no saber qué hacer, nunca creí que iba a poder llegar tan lejos, ¿Debería simplemente escoger una que me genere buena imágen? ¿Una en la que reciba buen pago?

—Bueno, hagamos esto—habla mi madre con una sonrisa, toma los dos sobres que me negaron la posibilidad de estudiar para ponerlos en el bote de basura.—dejaremos que el destino lo haga

Enrolla las hojas y las mete a la caja de cereal vacía, ella sonríe mientras la agita y yo no sé qué cara poner.

¿Cómo expreso facialmente que aún no estoy segura de qué universidad elegir?

—Mamá, creo que ella tiene miedo...—dice mi hermano mientras come palomitas.

—¿Miedo por qué? Es solo la universidad

Resoplo.

—Es de lo que planeo vivir mamá...

—Lo sé cariño, y tienes tres grandes opciones para elegir donde vas a estudiar tu futuro, no muchos obtienen esto

—Lo sé, pero yo no me siento... Lista.

Ella me mira con preocupación.

—¿Es por Naia?

Niego varias veces.

—Tengo miedo de no poder lograrlo, quiero decir, el puntaje para entrar es una cosa y mantenerlo es otra. Además...

—No digas más—deja la caja a un lado.—sé que siempre te ha preocupado el dinero, eso déjamelo a mí hija.

Asiento y suspiro.

—Quiero tomarme un año sabático mamá.

Ella me mira insegura ante mi respuesta. Stefan se marcha ante el silencio que se formó.

—Hija...

—Ya lo sé, me lo has dicho muchas veces pero yo sí quiero continuar, solo que no ahora... Yo...—me callo para meditarlo unos segundos, ella me observa con una ceja arriba esperando a que continue. Suspiro.—también apliqué para la universidad de San Francisco, aún no me llegan los resultados porque las clases allá comienzan después.—comienzo a juguetear con mi cabello al ver su mirada de desaprobación.—he querido volver desde hace tiempo, y he estado ahorrando para eso, no importa si no me aceptan aún así quiero irme.

—No—responde apenas termino de hablar y se gira para sacar charolas, harina y leche.

—Mamá...

—Ya hablamos de eso, no pienso dejarte ir sola.

—No iré sola... Naia irá conmigo.

—¿Naia es tu madre? Qué yo recuerde es igualmente inmadura e irresponsable como para poder cuidarte.

Frunzo el ceño.

—¿Crees que soy inmadura e irresponsable? Sé que he hecho muchas estupideces mamá, de las cuales me arrepiento, pero me creo lo suficientemente madura, responsable e independiente como para mantenerme fuera de tu techo.

Me marcho antes de que diga algo más, solo la escucho batir, seguramente ni siquiera se tomó la molestia de escuchar mi molestia.

No puedo creer que mi madre piense así de mí, en estos últimos años he recapacitado de bastantes cosas y he aprendido otras como para poder sobrevivir por mi cuenta sin tener que pedir su ayuda. Si bien, Naia aún no aprende, no significa que ella tampoco pueda valerse por si misma debo admitir que se sabe administrar mejor que yo y es muy dedicada en lo que hace a pesar de que hace parece lo contrario.

Estoy tan molesta que quiero llorar.

Al entrar a mi habitación veo a Stefan sentado sobre mi cama mirando la televisión mientras come sus palomitas. Tomo una respiración profunda para calmar mis ganas de llorar.

—¿Quieres palomitas? Tienen extra mantequilla

Me recuesto junto a él para tomar un puño mientras observo a los escandalosos.

—¿Mamá se puso a hornear?

Asiento sin verlo.

—Tendrás que esperar a que la abuela vuelva para poder bajar.

—¿Por qué se molestó?

Suspiro.

—Porque quiero irme...

—¿A dónde?

—A San Francisco...

—¿Y dónde es eso?

Volteo a verlo con una sonrisa divertida.

—¿No vas a la escuela niño?

—Siempre olvido cosas...

Me río un poco y tomo otro puño de palomitas.

—Es en Estados Unidos, yo nací allá igual que papá.

—¿Y por qué quieres irte tan lejos?

—Extraño ese lugar, y extraño a mis viejos amigos, hace tiempo que no hablo con ellos.

Se queda pensativo por varios segundos mirando perdidamente la pantalla.

—Nosotros te extrañaremos igual, ¿Por qué no dices a tus amigos que vengan? Así podría conocerlos también y mamá, yo y la abuela no estaríamos tristes.

—¿Triste tú? ¡Pero heredarías la televisión y a pinky!

Have una mueca exagerada de asco.

—No es lo mismo sin ti, ¿Con quién peleare si Pinky se escapa o por ver la tele?

Sonrío y revuelvo su cabello.




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N/A

Si alguien está teniendo un deja Vu (no sé cómo se escribe), la estoy resubiendo porque la estoy corrigiendo jsksjsks, espero que les guste igual, no cambié muchas cosas (ni si quiera sé si alguien llegó a leerlo).

Fall In Love [Arte I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora