Donde las estrellas nos puedan ver

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Las 7:30 am, y ya estoy bajando las escaleras para salir a correr.
Hoy mi hermano se marcha con Stephanie de viaje, al igual que los demás chicos han decidido que también saldrán a pasar unos días fuera.

Jack en cambio dijo que estos días se quedaría en casa de su novia.
Las chicas me invitaron a una fiesta que ya casi había olvidado... así que cuando regrese de mi salida matutina tendré que ir a comprar algo que ponerme para la noche.

Hace una semana mi hermano me acompañó a buscar un coche con el que apañarme durante este tiempo, con el que pudiera desplazarme e ir a clase cuando en septiembre comenzara mis clases, y pensándolo, apenas quedaban dos semanas para que esto ocurriera.
Habíamos recorrido un millón de talleres y en ninguno habíamos comprado un coche que cumpliera mis requisitos y no pasara de mis ahorros.
Hasta que por fin encontré un Ford negro, me llamo tanto la atención, que no dude en comprarlo, y ahora soy la persona más feliz.

Cuando acabo de pensar en todo lo que he hecho durante el tiempo que llevo aquí y todo lo que me queda por hacer antes de comenzar las clase, me doy cuenta que ya he llegado a la puerta de casa, y ahí estan. Todas las maletas y sus propietarios amontonándolas en los coches que están aparcados justo delante de la puerta

-Tranquila amiga, cuidaré a tu hermano, no temas por el- escucho hablar detrás de mi a Stephanie. Ella es siempre tan feliz que a veces la envidio.
-Bueno bueno, tendrás que vigilar que no se pase tomando si es que bebéis, ya sabes... no quiero que pase nada durante el viaje.

Mi hermano escucha mis quejas y como por arte de magia me promete que se controlará, con la condición de que yo también lo haga.
Nunca he sido una chica que beba mucho, así que me lo tomo más como una broma que como una indirecta.

El día pasa como volando, de repente estoy despidiéndome de todos ellos, y en un abrir y cerrar de ojos, ya he vuelto de buscar algo para esta noche... pero por desgracia no hay nada de mi estilo en ninguna tienda de aquí cerca.

Casi me desmayo al ver que son las 05:00pm y todavía no he decidido que me pondré. De mi maleta saco un vestido negro, que combino perfectamente con unos zapatos negros.
Sobre mi cuello coloco un collar que Paula me regaló, después me maquillo pero no con colores muy llamativos, y por último, rocío un poco de perfume sobre mi cuello, el cual me hace sentir más sexy de lo normal.

Todo esto solo me ha llevado una hora y media, pero cuando llego a la salida de mi casa, el coche rojo de Catherine ya está aparcado.
Subo y las dos chicas me acusan de tardar demasiado...
se que soy demasiado lenta, pero es mi forma de ser. Me disculpo con ellas, y ellas ríen al unísono.

-Creo que la novia de Jack te tiene un poco calada, ¿verdad?-comenta Catherine.
-la verdad no sé- muero de vergüenza cuando todas me miran intrigadas- el me acompañó a desayunar y me llevo de compras, como le prometió a Stephanie. Después cuando volvimos a la casa estaba ella en la puerta y comenzó a gritarle, y a gritarme a mi.- Sentía un poco de vergüenza al contar esto.

-Sigue contando, no nos dejes con la intriga del final de la historia. ¿Se enteró que os habíais besado en la cafetería? ¿Lo habíais hecho en un probador? ¡¡¡Cuentanoslo!!!- gritó Elisabeth emocionada.
- la verdad es que no pasó nada de eso, simplemente desayunamos y compramos como había dicho, después de que su novia me gritara yo me encerré en casa y por la noche tuve una pequeña discusión con él ya que iba un poco ebrio.

-Bueno Jack siempre que sale vuelve borracho- digo Catherin.
-Borrachisimo- añadió Elisabeth.

Arrancamos el coche y nos ponemos camino a la fiesta.

No llegamos más lejos de cinco manzanas cuando veo que ya estamos en la fiesta, mejor dicho, en la casa. En este lugar del mundo las fiestas se hacen en las casas de los anfitriones, y al parecer este era muy rico. Nada más entrar a la casa hay una pequeña catarata como fuente, en la cual ya hay un par de personas bañándose.
No son ni las 07:30 pm y la gente ya va demasiado mal en este lugar.
Se han separado por salas, en el sótano está la gente que fuma o intercambia drogas, al igual que en el jardín. Dentro de la casa todo el mundo va muy borracho, y arriba suben las parejas a tener encuentros más íntimos.

Catherin parece encontrar a su "royo" de fiestas, un tal George Cryngton. Es un chico bastante simpático, pero sus gafas lo hacen parecer demasiado feo, no es para nada mi tipo.

Elisabeth en cambio, no se separa en ningún momento de mi. Hasta que empiezo a pensar en Jack... seguro que debe haber venido a la fiesta, por lo que tengo entendido nunca falta a una fiesta.