I.- «Primer año de convivencia»

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Quizás, y solo quizás, todo empezó a ser un infierno para la familia Donquixote.

Ya no tenían solamente un bebé y tres niños, no, ahora tenían dos bebés y cuatro niños aunque, irónicamente, los dos nuevos integrantes eran muy tranquilos salvo cuando o Buffalo o Baby 5 lograban sacar a Law de sus casillas, o cuando Sugar hacía algún berrinche porque Law le decía que no.

La primera sorpresa que se llevó la familia fue saber que aquel bebé de tan solo un año y dos meses que Law llevaba consigo ese día era un usuario de una extraña Akuma no mi de tipo Paramecia cuyo nombre era desconocido. Ah, y que para ser tan solo un bebé actuaba como un niño de cinco años.

Durante el primer año de convivencia hubieron varios hechos que pusieron de cabeza a la familia al completo.

—¡Buah! ¡Doffy-tou-san! ¡Law da miedo!

Baby 5 bajó corriendo las escaleras una mañana de junio, llorando completamente asustada ya que el rostro de un Law que la chica había despertado —gracias a una apuesta perdida con Sugar y Buffalo sobre quién debía despertar al de orbes grisáceos— a la fuerza fue lo suficientemente aterrador como para hacerla escapar de inmediato.

Se abrazó a la pierna de su padre adoptivo ni bien llegó a él, ocultándose del niño que bajaba las escaleras con parsimonia, como si intentara alargar el miedo y la tortura de Baby 5 por haberlo despertado.

Claro que, el aura de Law cambió completamente cuando Henry corrió y saltó hacia él, por lo que el mayor cogió en el aire al infante de tan solo un año de edad, quien le dedicó una sonrisa que solo le mostraba a Law y a nadie más.

—Buenos días Law-nii. —Se separó un poco y lo saludó, arreglando el pésimo humor del mayor con aquel pequeño saludo.

—Buenos días. —Le otorgó una sonrisa tan leve que solo el pelirrojo pudo notar para, posteriormente, dejarlo en el suelo y dirigirse a la cocina para desayunar.

Finalmente habían logrado que Henry fuera dado de alta en el hospital ya que, debido a la leve hipotermia que sufrió seis meses atrás, le habían quedado secuelas y, al tener su sistema inmunológico tan poco desarrollado porque era un bebé de un año, tuvo que estar yendo constantemente al hospital para supervisar su mejoría.

Rosinante había sido el que se encargó de llevar y traer al pequeño pelirrojo. Muchas veces Law parecía debatirse entre si ir con Corazón o no, pero el niño siempre actuaba muy a la defensiva y cuando el rubio le ofrecía que lo acompañara el menor siempre se negaba.

La misma escena de una Baby 5 bajando corriendo las escaleras para ocultarse tras el alto rubio de gafas, un Law malumorado bajando muy lento para hacer más tortuosa la espera de la niña y un Henry saludando a Law de forma que el de ojos grises calmaba su mal humor se repitió durante todo el mes de junio. Al menos hasta que Law se cansó y, una mañana de julio, la escena era Baby 5 siendo perseguida por Law, dando vueltas y vueltas alrededor del salón mientras que el pequeño pelirrojo observaba la escena desde el centro de la locación a la vez que comía alguna que otra galleta.

Calmarlos fue toda una odisea, especialmente porque Baby 5 perdió en parte el control de su Akuma no mi debido al miedo que le daba Law, llegando a cortar de forma superficial tanto a Doflamingo como a Rosinante; y porque Buffalo había empujando sin querer a Henry, tirando las galletas del menor al suelo y causando que Law se enfadara a tal punto que mordió y arañó a los hermanos Donquixote cuando trataron de agarrarlo.

Señor Pink tuvo que darle nuevas galletas al menor y regañar a Buffalo para calmar la furia de Law. Ahí la familia aprendió una cosa importante: si no querían que el calmado niño perdiera el temple, lo mejor sería evitar que Baby 5 fuera a despertarlo y que algo le pasara al pequeño pelirrojo.

La vida de padre de Cora-sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora