Día 5: Tomarse de las manos

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- ¿Katsuki-kun no recuerdas este sitio?

El rubio examinó el lugar, un parque como cualquier otro, no muy lejos de la escuela así que iban seguido.

- ¿Especificamente que debo recordar? - Ochako bufo ante su respuesta

- Aquí fue donde nos tomamos las manos por primera vez - respondió alegre la muchacha mientras tomaba asiento en la banca más cercana a la fuente

- ¿Recuerdas algo como eso? - pregunto divertido mientras la seguía

- Claro que sí. - le dió unas palmadas a el lugar junto a ella para indicarle que se sentará, obedeció - Se dice que cuando realmente te gusta alguien debes fijate primero en sus manos pues con el paso del tiempo los besos serán menos pero siempre se tomaran de la mano

- ¿De que mierda hablas cara de ángel? Te besare hasta que me harte de tus labios

Tomo la redonda cara de la muchacha y le plantó un profundo besos en la boca que la dejó sin aliento.

- ¿Y cuando te hartaras de besarme? - pregunto retadora mientras se sentaba sobre las piernas de su novio

- No me tientes a hacer una locura en público - murmuro con una sonrisa traviesa en su rostro mientras paseaba con delicadeza sobre su cuello

- ¿Porque crees que hago esto? - pregunto con una sonrisa inocente completamente falsa

- Cara de ángel, hay un motel cerca, vamos

Después de ese comentario el par de adolescentes salió corriendo del lugar como dos pequeños que hacían una travesura. Ya iban en tercer año, pronto dejarían la escuela donde hicieron tantos recuerdos juntos pero no importaba porque los recuerdos no desaparecerían ni el brillo en sus ojos tampoco.

- Vamos a ver el árbol gigante de Navidad el viernes - propuso Katsuki mientras comía su hamburguesa

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- Vamos a ver el árbol gigante de Navidad el viernes - propuso Katsuki mientras comía su hamburguesa

- No puedo, me cambiaron el turno en último momento, estaré trabajando

- ¡Es veinticuatro de diciembre! - se quejó el rubio

- Lo se, lo se y lo siento pero mi jefe dijo que no confiaba en que nadie más manejará a los novatos y Kirishima-kun esta enfermo

- ¡Ese pelos de mierda es un inútil, lo mataré y a tu jefe también!... ¿Como se llama ese pedazo de mierda?

Ochako no pudo evitar soltar una risa ante aquella pregunta. Katsuki siempre la escuchaba pero nunca le daba demasiada importancia a la gente que la rodeaba, cuando le contaba de alguien y lo mencionaba después tenía que hacer referencia a una historia previa para que lo recordase sin embargo se sabía cada una de sus anécdotas a la perfección.

Le encantaba como la escuchaba, le encantaba como la miraba, como la tocaba con delicadeza. Cualquiera creería que un noviazgo de tantos años como el de ellos hubiese matado la chispa hace rato pero no era así, cada vez lo amaba más.

Kacchako Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora