"- ¿Si pudieras cambiar el pasado, lo harías?
- Solo si de esa manera puedo seguir teniendo un futuro a tu lado."
Cuando todo se derrumbó, tuvo que renunciar a lo que conocía, el mundo que a sus pies se iba cayendo lo empujó a retroceder 10 años en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Faltan muchas reparaciones?
En la casa del profesor Agasa, el pequeño Conan Edogawa, observaba sentado en el sofá al mayor "arreglar" su patineta, ya que debido a ciertos deslices en la Liga Juvenil de Detectives la susodicha había sido "levemente" acariciada por la llanta de un auto.
— ¿Por qué no pasas por ella después, Shinichi? Viendo la actual situación creo que voy a tardar un par de horas reparando y agregando algunos detalles — El hombre de bigote se dió media vuelta dejando ver su rostro lleno de manchas negras, con un pañuelo en mano que utilizaba para secarse el sudor de la frente.
Conan asintió con la cabeza y bajó de un salto del sofá, el profesor lo acompañó hasta la entrada donde observó al niño terminar de colocarse los zapatos y tomar su mochila ya que había ido a verlo después de la escuela.
— Vendré por ella mañana, Profesor, hoy es el día de cenar afuera.
Agasa asintió con la cabeza y se despidió del niño y viceversa, el mayor cerró la puerta y caminó de regreso a su laboratorio para terminar las reparaciones de la patineta que su antiguo vecino había terminado por destruir con un auto.
Mientras tanto, afuera de la casa del profesor, Shinichi observaba tras los árboles como su versión del pasado salía del lugar con su mochila en la espalda, si él no recordaba mal, hoy era el día donde iba a pedirle al profesor que reparara su patineta y cómo debía ir a cenar con Ran y Kogoro, no habría alguna interrupción hasta que Haibara llegará de estar con los demás niños.
Conan, no pasó desapercibida la sensación de ser observado, por lo que detuvo su andar y miró por los alrededores casi escaneando el lugar, cuando sus ojos no detectaron ninguna anomalía levantó los hombros en señal de rendición y continúo con su camino.
Shinichi, escondido tras el árbol, suspiro, Conan no dejaba de ser él por lo que sería un tanto más difícil engañarlo y ocultar su presencia sin que el contrario lo descubriera. Espero en ese lugar al rededor de 30 minutos después de que el niño desapareció de su vista en la calle y salió lentamente de su escondite, camino con una mano en el bolsillo y la otra sujetando la punta de la gorra para cubrir aún más su rostro junto al cubrebocas negro hasta llegar a la entrada de la casa de su vecino, dio dos golpes a la puerta y espero pacientemente a que está fuera abierta.
— Ha pasado tiempo, Profesor Agasa.
El profesor estaba nuevamente en su laboratorio, dejó el vaso de agua que había ido a buscar a la cocina a un lado después de darle un sorbo y cuando se disponía a tomar sus herramientas para continuar con las reparaciones de la patineta unos golpes en su puerta llamaron su atención.
"A lo mejor Shinichi olvidó algo".
Agasa, dió nuevamente el trayecto desde su laboratorio hasta la entrada y una vez cerca dijo con voz cansada.
