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Subimos en el ascensor hasta su piso. El silencio es absoluto. Abren la puerta y entramos adentro. Los padres de Rebeca al parecer ya se han ido así que me imagino que solo vendrían a darles una visita de las que yo llamo exprés.

—Aquí puedes dormir— Blair me ofrece una habitación. Es bastante amplia y está muy limpia. Un haz de luz entra por la ventana lo que hace que me deslumbre.

—Muchas gracias— sonrío ante su gran hospitalidad y le revuelvo el pelo como a un niño pequeño.

—Oye que ya no soy un niño— su expresión se vuelve alegre y nostálgica. Me río en su cara

—Siempre serás mi hermanito ¿No?— sonríe al recordar sus propias palabras que me dijo hace mucho tiempo. 

—Claro— me da un pequeño abrazo de hombre y me invita a descansar un rato. Asiento agradecido, entro y me cierra la puerta.

Flashback

Desperté muy nervioso por lo que me esperaba aquel día pero a la vez estaba un poco triste. Abandonaré a la familia que me ha criado por tantos años solamente por perseguir un sueño. No puedo evitar sentirme mal al saber que no es mi único motivo. Sé que la familia de sangre necesita su espacio y por eso debo irme. No puedo estar metido en medio de ellos siempre. Ellos son una familia unida y feliz, y si yo me quedo puedo arruinárselo. 

Me levanto y hago la cama. Cojo mi maleta y bajo al recibidor de la gran mansión que ha sido mi hogar por diez años. Voy a echarlo de menos. Mariana ya está esperándome al igual que todos los demás.

El señor Larwen lleva su camisa para eventos especiales y no puedo reprimir una sonrisa. Mariana sonríe alegre y Blair tiene una expresión de tristeza profunda. Llego hasta ellos.

—Bueno ya ha llegado la hora— Mariana rompe el silencio y sonríe amablemente.

—Si— soy lo único capaz de decir.

El señor Larwen me abraza y posteriormente los demás. Evito ceder a las lágrimas.

—No me voy para siempre— hago una broma para disipar la tristeza del ambiente pero Blair sigue sin sonreír. No dice nada.

—Ma te vale— Jane alza una ceja y me sonríe.

Todos me acompañan al taxi y después de colocar mi equipaje en el maletero me subo al coche. Blair se me acerca tímidamente.

—Volverás ¿Verdad?— su voz suena temerosa de mi respuesta. Le sonrío.

—Claro bro. ¿No me olvidarás ¿Cierto?— trato de disipar la tristeza que desprenden mis ojos. 

—Siempre serás mi hermanito— pasa su brazo a través de la ventanilla bajada y me revuelve el pelo.

Fin del Flashback

Al día siguiente me despierto por culpa de la luz del sol que se filtra por mi ventana. Es increíble como se me ha olvidado cerrar la persiana.

Me levanto y voy hasta la cocina. Como antes me pasaba la mayor parte del tiempo aquí, se donde está cada cosa, así que me preparo el desayuno y ya que estoy, para los dos anfitriones también.

Tortitas americanas con sirope de arce. Definitivamente lo mejor del mundo. Tras unos minutos, escucho unos pasos acercándose. Por la lentitud de estos puedo notar que es Rebeca.

—Buenos días— sonrío amablemente cuando la veo aparecer por la cocina toda adormilada. Es realmente adorable.

—Buenos días— me devuelve la sonrisa y abre los ojos como platos. —Ay dios mío—mira a las toritas con deseo.

𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓬𝓾𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora