8

99 13 1
                                    

—¿A qué viene eso? — su voz suena tensa pero trata de controlar su estado de alerta.

Lo miro a los ojos. Es increíble lo rápido que puedo saber lo que piensa con tal solo este gesto.
Es como si pudiera leer su alma solo mirando sus ojos.

—No creo que sea el mejor momento de hablar de esto— señala a Rebeca, la cual sigue tratando de respirar hábilmente.

—¿Qué pasó realmente Blair? — insisto con el tema.
Pienso que es algo que tengo derecho a saber, soy su hermano mayor adoptado que ha estado mucho tiempo fuera y no se enteró de nada en su dia.

Lo poco que sé es lo que Jane me resumió por teléfono y la verdad no es muy agradable saberlo.

—¿Cómo estas Rebeca? — se agacha a su altura. Ella tarda un tiempo en contestar pero al final lo hace

—Nosotros nunca hemos hablado del tema y creo que ya es hora de hacerlo

La miro y asiento tratando de que entienda que tiene mi aprobación.

—No sabía lo que mi madre le hizo a ella y a su familia. Era un simple preadolescente sin neuronas— trata de disipar la tensión— pero yo era inocente. No estaba involucrado— se detiene para coger aire.

—¿Qué pasó? — Rebeca pone atención a la narración de su marido.

Blair Larwen

—Para ese entonces yo estaba metido en una de las muchas bandas callejeras de Washington. Diréis ¿Un rico en una banda? Pues sí. Como os digo, era imbécil. Las cosas no iban bien en casa así que me refugié en eso supongo. — trago saliva al observar a Rebeca. Se que todavía no ha superado esa noche— una noche fuimos al " Soundcheck" unos cuantos compañeros y yo.

Flashback

La música inunda mis oídos.

—¿Aquí queríais venir?— pregunto levantando la voz para que me escuchen por encima de la música electrónica.

—Ya verás, es un buen sitio para pillar cacho — Isidoro me mira sonriente.
Subo y bajo los hombros restándole importancia. Observo el lugar.

No cabe ni un solo alfiler en esta discoteca y las luces de colores me ciegan. La gente empieza a saltar cuando el DJ hace una combinación explosiva.

—Chicos voy a por unos chupitos de tequila— el rubio sonríe satisfecho.

—Empezando fuerte— contesto

—Y lo que queda— señala a un grupo de chicas que nos están mirando. Quizás por nuestro aspecto.

Chaqueta y pantalones de cuero. Sonrío a una de ellas. Aparta la vista sonriente y veo como se sonroja.

—Seguro que ya está imaginando cosas— Robert me da un codazo. Levanto una ceja y sonrío de lado. Me dejo llevar por la música electrónica y comienzo a saltar.

La castaña comienza a besarme salvajemente y le sigo el juego. Comienza a palpar mi torso.
Le aparto el pelo de mi cara y le acaricio el cuello lo que hace que se estremezca. Sonrío.  Escucho unas sirenas.

—¡Tío! — la chica se separa de mí y se da la vuelta. Se quita de encima mio y se marcha corriendo con sus amigas—¡La pasma!

—¿Qué ha pasado? — pregunto a Robert confuso levantándome— Has hecho que mi postre se largue.

—¡Eso da igual! — grita— ¡Isidoro la ha cagado tío! — tira de mi brazo bruscamente. —¡Hay que largarse! — comienza a correr y mis piernas me obligan a seguirlo

𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓽𝓸 𝓬𝓾𝓲𝓭𝓪𝓻𝓽𝓮 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora