Prologo

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-me quieres soltar... nos verá tu madre tonto- me dice mi marido mientras beso su cuello sin nungun miramiento.
-amor... llevamos cinco años casados. Que nos vean, ya no es un problema que me preocupe. Bésame- le tengo sentado en la encima de la cocina de mi madre mientas que ella juega con Jamie en el salón. Nos besamos con ternura y pasión la misma que teníamos cuendo eramos novios.

Estos cinco años han sido maravillosos, nuestro matrimonio no había perdido la pasión y cada día estábamos más enamorados. Con nuestras peleas pero perdidamente enamorados. Probamos cosas nuevas para no perder la magia ni el deseo y una vez a la semana salíamos los dos solos ha pasarlo bien, por un lado nuestra intimidad como pareja era primordial y por otro nuestra vida como padres.

Jamie ya tenía 7 años y se había convertido es un niño muy inteligente y con mucha energía. A Erick y ha a mi nos tenía agotados pero estábamos felices, es un niño sano y feliz.

Estamos tan ocupados besándonos que nos dimos cuanta que mi madre había entrado

-Huy perdón chicos- nos giramos y vemos a mi madre que se esta aguantando la risa. Mi marido avergonzada se baja de la encimera y mira a mi madre
-no te preocupes Teresa-
-Tranquila mama-
-No te preocupes abuela... siempre se estan besando es asqueroso- dice Jamie poniendo cara de asco. Mi madre de rie y yo lo cargó como si fuera un paquete en mi hombro. Oigo su risa fresca y hermoso y lo lanzo al sillón haciendole cosquillas.
-Pero si papa o papi te dan un beso a ti, no es asqueroso ¿he?-
-no por que los besos en la boca son asquerosos PAPA PARA- grita nuestro de risa. Paro y me mira planeando algo. Me tira el suelo y sale corriendo.
-Papa no me pilla, papa no me pilla- canta saltando. Me río al verlo y me levanto de golpe haciendo grité -HAAA- empieza a correr y yo detrás de el oyendo su risa.
-corre cielo que papa no te pille- oigo a Erick apoyado en la puerta de la cocina
-No hace falta que me ayudes he cariño- Le digo con sarcasmo haciendo que se ria. Jamie se pone detrás de el y me mira sonriendo.
-¡He! no se vale- la digo fingiendo indignación
-Papi me salva- dice mi hijo sacándome la lengua. Yo se la saco a el
-si es que tengo dos niños. Haver tiempo que es hora de comer- dice Erick riendose.

Jamie corre hacia le mesa, y mi madre y mi marido detrás de el. Se sienta con una sonrisa en la boca pero al ver lo que había hecho su abuela le cambió la cara.
-Papa no me gusta- se queja alejando el plato
-¡he! eso no se hace- le digo firme poniéndole el plato -la mirad aunque sea-
-No- me responde desafiante
-Si quieres le hago otra cosa- me dice mi madre
-No mama tiene que aprender a comer de todo. Come Jamie- lo miro sin decir ni una sola palabra y enseguida coge el tenedor resoplando y empieza a comer. Pero cuando llego el postre no se lo penso dos veces.

Despues de pasar la tarde con mi madre volvimos casa vemos que Jamie se ha quedado dormido. Lo cargó apoyando su cabeza en mi hombro. Cuando entramos en el ascensor, Erick me abraza por la cintura, levanta su carita y nos damos un beso tierno
-siempre se besan- dice Jamie con voz adormilado
-Por que papa y papi se aman, igual que te amamos a ti- dice Erick acarido su precioso pelo castaño.
-Pero papa me regaña- dice levantando su cabecita sobandose sus ojitos.
-te regaño por sabes que no me gusta que te portes mal y menos en casa de la abuela- le digo retirando sus manitos de ojos -pero te amo mi amor-
-Yo también- me rodea sus brazos el cuello y vuelve apoyar su cabeza en mi hombro.

Al entrar en casa Erick deja muestras cosas en nuestra habitación y yo dejo a Jamie en su cama. Cusndo lo recuesto pero se cuelga mi cuello y no me suelta
-Papa no te vallas- me recuesto a su lado y acaricio su espalda despacio para que se quede dormido -papa te quiero mucho-
-y yo a ti mi vida-

Cuando Jamie se queda dormido salgo y me encuentro a mi marido poniendo la mesa para cenar
-Se sentía culpable- me dice con una sonrisa
-ya... -
-pero has hecho bien... aquí en casa come de todo-
-pero en casa de su abuela se conciente- lo abrazo por la cintura y nos tiramos en el sofá. Lo tengo encima de mi y aprovecho para besarle el cuello
-bebe que tengo encendida la cocina- dice levantándose entrando en la cocina corriendo -ya esta- se sienta en mi regazo y se acerca a mi boca para besarnos. Acaricio su espalda hasta llegar su trasero y lo aprieto haciendo que sonría pícaro. Volvemos besarnos y meto mis manos por debajo de su camiseta acariendo su piel sueve -Hmmm- gime despacio sintiendo mis manos sobre su piel. Nos separamos, nos miramos y nos empezamos a reir sin ningún sentido.

-vamos a cenar anda- se levanta de mi regazo y yo me levanto del sofá y empezamos a comer como siempre acariciandonos y besándonos cariñosos.

Llevaba tres años trabajando en una empresa de publicidad y Erick hace dos es una empresa privada de sonido. A ambos nos iba bien en nuestro trabajo pero apenas nos veíamos en el día así que la cena era nuestro momento del día... todo el dia nos ocupamos de nuestros trabajos y de Jamie pero ese momento era solo para nosotros.

Al volver del trabajo me tiro en el sofá y me quito la corbata
-hola cariño- oigo a mi marido salir de la habitación. Doy un salto del susto y el se rie ante mi reacción
-que susto me has dado ¿pero que haces aquí tan pronto? ¿Y Jamie?- pregunto riendome hundiéndome en el sofá.
-Hiy no he trabajado y hoy come en el colegio, quería darte un regalo-
-asi que estamos solos- le digo insinuandome, me levanto del sofá y lo abrazo por la cintura.
-solo piensas en follar- me dice jugueteando los con botones de mi camisa
-cada vez que te miro- le respondo besandolo. Meto mi lengua despacio acunando sus mejillas.
-Para... para- se rie tras separarse y recalca -de verdad es importante- hace que no suelte y entra en la habitación para luego salir con una cajita.
-amor no es mi cumpleaños- el sigo recibiendo la cajita.
-Ya lose... abrela- lo miro por un segundo dudoso -abrela- cuando la abro, la miro durante unos segundos y luego lo miro a el. El me mira emocionado y sonrie esperando mi respuesta.
-¿de verdad?-
-Si-
-¿enserio?-
-si- no me lo podría creer. Miro otra vez los patucos de la cajita y me pregunta.
-¿qué te parece?-
-¿qué que me parece?... me parece que tenemos que buscar una casa más grande- le digo emocionado. Lo abrazo con fuerza y lo beso una y otra vez haciéndolo reír.
-Vamos hacer padres otra vez- le digo ilusionado
-si... vamos a tener otro hijo- me dice con una sonrisa apunto de llorar.

Otro hijo, estaba tan feliz que no me lo podía creer.

Y esta vez muy a disfrutar al máximo de esto, junto a el.

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Gracias de verdad por todo el amor que le habeis dado a esta historia, que me ha encantado escribir 🙏🏽

Y para agradeceros, había pensado en hacer una pequeña novela contando el segundo embarazo de Erick.

¿Que os parece? 😄

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