Pasaron las horas y pronto las dos de la mañana los encontró aturdidos por el descuidado aumento de la música. La marea de personas se había movido a la pista de baile y Daisuke despreció todas y cada una de las invitaciones de muchas mujeres y algunos hombres que intentaron tentarlo para bailar con ellos. Al parecer lo veían demasiado profesional y serio para insistir, lo que causó gracia a su compañero.
-Es difícil saber si te tienen admiración o miedo.-
-Cualquiera me viene bien de ellos.- Inhaló su habano una última vez antes de apagarlo. -Faltan menos de cincuenta minutos para las tres de la mañana.-
-¿Ya estás cansado?-
-Estoy aburrido.-
-No hacemos esto por diversión, lo hacemos por justicia.-
La música cambió de repente y pasó de un estruendoso pop-rock a un vals romántico.
-Oye, bombón.- Se acercó a Haru la voluminosa figura de una pelirroja. -¿Bailamos?-
Era la tercera vez en la noche que la misma mujer le hacía saber que estaba interesada en él y Kato comenzó a sentirse mal por despreciarla. Era hermosa, claramente maltratada por la droga, pero sus rasgados ojos verdes brillaban como esmeraldas.
A Haru le dolió imaginar qué hacía una mujer como ella en un lugar como ese.
-Muchas gracias pero paso. No sé bailar.- Sonrió negándose, pero la mujer se aferró a su brazo.
-¡Eso no importa, bonito! Con algo de motivación, puedo enseñarte buenos pasos.-
-Yo bailaré contigo.- Interrumpió el millonario.
-¿Usted?-
-¡¿Eh?!- Kato le inyectó una mirada amarga.
-Sí. ¿Me aceptas?- Estiró su mano y la mujer pareció flechada.
-¡Por supuesto!- Aceptó sonrojándose, arrastrando a Daisuke a la pista de baile.
El detective mayor los vio alejarse hasta volverse otra pareja más de las tantas que oscilaban al compás de la música. Suspiró relajado contra el bar, mirándolos danzar.
-*Ese maldito tuvo todas las posibilidades de bailar con las mujeres que escogiera. ¿No se cansa de humillarme? ¿O es que sintió pena por ella? De ser así, podría decir que tiene un alma después de todo.*- Eligió burlarse.
Daisuke se veía elegante bailando, más de lo que normalmente era. A Haru se le ocurrió que debía haber pocas cosas que no supiera hacer. Era un maestro bailando: sus brazos firmes, la espalda recta y los hombros hacia atrás. Su delgada sonrisa era seductora y sus ojos... sus ojos. Tuvo una leve molestia al verlos, como la incomodidad que se siente al ver algo en perfecto equilibrio pero con una pieza faltante. Sus ojos no sonreían. No coordinaban con el resto de su expresión. Eran fríos y apagados y sin previo aviso giraron hacia él. Kato tragó saliva y consciente de que no debía mirarlo tan fijo, enfocó su atención en cualquier otro punto. Optó por ver a las personas pidiendo tragos en el bar e intentó recordar con detenimiento, aprovechándose de la abundancia de tiempo, de alguna ocasión en que Kambe le haya sonreído a alguien como le sonreía a él, pero no pudo determinar ninguna. Se mordió el labio de forma involuntaria y le resultó extraño que el simple hecho lo ponga así de feliz.
El aire de discoteca resurgió a los pocos minutos y Kambe volvió a un costado de Haru.
-¿Cómo estuvo mi compañera de baile?- Exclamó con sarcástica burla.
-Bien. Se nota que baila seguido.-
Tan pronto como quisieron entablar conversación, otras personas se les acercaron en grupo. Eran una pandilla conocida de la cuidad y ambos tuvieron que meterse en sus roles más que nunca en la noche. El encuentro fue algo tedioso pero resultó bien. Haru nunca había visto a Daisuke tan serio y determinado y eso era algo digno de resaltar. Después de todo, eran diez en total. Estaba bien mostrarse firmes y respetables.
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Deseo encubierto - Daiharu
FanfictionNovela corta donde Daisuke y Haru viajan por una misión encubierta y descubren nuevas facetas de ellos a la vez que revelan sus verdaderos sentimientos. Me caracteriza el gusto excesivo por jugar con el cannon y al enterarme de que el seiyuu de Haru...