You found me (Jamie Campbell Bower)

Capítulo 3: Bitch

Capítulo 3: Bitch

Sabía que no debía pero algo en mí tiraba para que lo hiciera, y así fue… De la manera más psicópata que pudiese existir le seguí por donde caminaba, luego de caminar unas cuantas cuadras entro a lo que parecía ser un local de comida rápida lo que era genial porque me encontraba hambriento.

Camine algo dudoso y cruce el umbral haciendo sonar una campana arriba de esta. La gente me ignoro, claramente no sabían quién era yo y aquello me agradaba.
Busque un puesto con la mirada y cuando por fin encontré uno apartado, me ubique en él.

-          Buenos días bienvenido a Mr John, que desea ordenar?– Pregunto animadamente la chica.

La mejor obra del destino es que hubiese entrado a aquel local y que me atendiera ni más ni menos que la chica de los ojos avellana.

-          Quiero la especialidad de la casa– Farfulle para llamar su atención pero ella frunció el ceño.

-          No lo entiendo– Frunció sus labios haciéndome quedar viéndolos– Disculpe?

-          Eh… sí, ehm… la hamburguesa Mr John– Dije casi atragantándome con mis palabras– Y… Y una cerveza.

-          Enseguida!– Exclamo para luego tomar la carta e irse caminando.

Aquel vestido retro le quedaba bien, eran un poco más debajo de los muslos y tenía sus medias rasgadas, algo que parecía ser totalmente de su estilo ya que a diferencia de las demás chicas que parecían respetar mucho más el uniforme.

Un hombre mayor se le acerco regañándola, imagine  que debía ser por lo mismo que veía yo, me dio gracia como ella rodeaba los ojos ignorando sus retos y sonreí al verla mientras estúpidamente apoyaba mi mentón en mi mano.

Sus ojos avellana chocaron con los míos e idiotamente me puse a mirar al frente rogando que no se haya dado cuenta.

Luego de unos minutos se acercó a mí.

-          Aquí tiene– Dijo dejando una enorme hamburguesa con mi cerveza– Que tengas buen provecho.

-          Gracias– Le sonreí.

-          Y es malo espiar cuando te regañan, eh– Me acuso divertida y los colores vinieron a mí.

-          No, no no quise hacerlo– Dije algo tupido.

-          Está bien– Sonreí, bebí mi cerveza intentando ocultar el rubor– Ya me acostumbre a que me veas

Se volteo porque la llamaron de una mesa aledaña, pero yo no pude evitar casi escupir la cerveza. Es que acaso ella se había dado cuenta que la observaba cantar?, pero sí nunca interactúe con ella y siempre que la veía ella permanecía con los ojos cerrados… Entonces sabe quién soy yo?.

Mi teléfono comenzó a vibrar, pero no en forma de llamada sino que de mensaje.

“Lo siento J me he comportado como un idiota” Bebé <3

Bufe para luego bloquear el teléfono y terminar mi hamburguesa.  Luego de unos minutos alce mi mano para indicar que quería la cuenta y en cosa de segundo la tenía nuevamente frente a mí.

-          Te ha gustado?– Pregunto amablemente.

-          Quién?– Le mire atento.

-          La hamburguesa– Frunció el ceño. Sus cejas estaban perfectamente delineadas, no tan gruesas ni tampoco tan delgadas.

-          Ah… Oh sí, estaba buenísima– Dije algo descolocado.

-          Son 30 dólares, deseas incluir la propina?– Pregunto con una sonrisa.

-          Claro que sí– Asintió y mientras me daba el cambio sentí la necesidad de aclararle lo que había pasado– Disculpa… Disculpa sí te has sentido ob-observada por mí– Agregue completamente nervioso.

Suelo tener bastante seguridad en mí mismo pero el hecho que aquella chica fuese tan directa hacia que me fuese imposible no ponerme un tanto nervioso con su presencia. Además que no solo habla en forma directa sino que también mira completamente a los ojos y cuando aquella interacción se da en gente que no conocía bien, me lograba intimidar.

Su vestido retro tenía pequeños bolsillos a la altura de las caderas, por lo que al entregarle un billete más grande comenzó a buscar el cambio en ellos.

-          Tú vuelto son 7 dólares– Me los entrego y yo enseguida se lo recibí– y no tienes por qué preocuparte de eso… La música esta para ser escuchada… Lo que me sorprendió es verte por este local de mala muerte– Río un poco–  Cómo has sabido de él?– Pregunto curiosa.

-          Eh… Un amigo vino aquí la otra vez y me lo recomendó– Mentí.

-          Ah pues… Nos vemos pronto entonces.

Antes de que pudiese darse vuelta por completo mire la chapa de su delantal Bitch… Eso no podía ser posible, ella no podía llamarse perra o sí?.  Al levantarme y ponerme mi abrigo, me dirigí a la salida y por última vez le di una breve mirada, viendo como era regañada por el nombre que traía en su chapa de identificación. Medio reí para luego marcharme.